El uso de conversaciones de WhatsApp como prueba en los tribunales se ha convertido en una práctica recurrente en litigios laborales, civiles y penales. Sin embargo, los tribunales empiezan a rechazar su validez cuando no están acompañadas de una pericial informática que garantice su autenticidad. Recientemente, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha desestimado la reclamación de un trabajador que exigía el pago de 11.240 euros en horas extras basándose únicamente en capturas de pantalla de conversaciones de WhatsApp con sus supervisores.
El fallo refuerza la idea de que las pruebas digitales requieren autenticación técnica. En este caso, los jueces consideraron que los «pantallazos» no cumplen con los requisitos probatorios exigidos por la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social (LRJS), dado que pueden ser fácilmente manipulados con herramientas de edición o incluso generados mediante inteligencia artificial.
Un precedente en la jurisprudencia española: Las capturas de whatsapp como prueba
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) también ha establecido precedentes en este sentido, desestimando el uso de capturas de pantalla de WhatsApp en un recurso de apelación. Según el fallo, estos documentos «no pueden tener el carácter de documento hábil a efectos de suplicaciones», argumentando que no se garantiza la integridad, autoría y autenticidad de la conversación.
Para que una conversación de WhatsApp tenga valor probatorio, los abogados especializados en derecho digital recomiendan acompañarlas con otros medios de prueba, como testigos, actas notariales o informes periciales.
Pere Vidal, abogado del bufete Roca Junyent, señala que “no basta con aportar meros pantallazos. Es esencial reforzar la autenticidad y la integridad de estas pruebas a través de medios accesorios o instrumentales». Esto incluye auditorías forenses que validen la fuente del mensaje, sus metadatos y la identidad de los interlocutores.
La pericial informática: el único mecanismo para garantizar la autenticidad
En la práctica judicial, una pericial informática certificada es la única vía para garantizar que una conversación de WhatsApp no ha sido alterada. Para ello, un perito informático extrae los mensajes directamente del dispositivo, analizando los metadatos y utilizando herramientas forenses que impidan cualquier tipo de manipulación.
La Asociación Nacional de Tasadores y Peritos Judiciales Informáticos (ANTPJI) lleva años alertando sobre la importancia de contar con peritajes en litigios donde se utilicen pruebas digitales. “Nos encontramos a diario con casos en los que los tribunales rechazan capturas de pantalla porque carecen de trazabilidad. Sin una pericial informática que respalde su origen, cualquier conversación de WhatsApp puede ser impugnada», advierte Ángel Bahamontes, presidente de ANTPJI.
Además, la evolución de la inteligencia artificial ha incrementado los riesgos de manipulación de pruebas digitales. Hoy en día, herramientas de IA pueden generar conversaciones falsas que parecen completamente legítimas, lo que hace aún más crucial contar con análisis forenses que garanticen su veracidad.
El debate sobre la validez de los «pantallazos» no es exclusivo de España. En 2020, la Corte Constitucional de Colombia emitió una sentencia relevante sobre el tema (Sentencia T-043/20), en la que se establecía que las capturas de pantalla de WhatsApp solo tienen un «valor probatorio atenuado», ya que pueden ser alteradas con facilidad.
El tribunal colombiano argumentó que las pruebas digitales requieren una evaluación rigurosa de su autenticidad e integridad, dado que la informalidad de estas capturas genera dudas sobre su fiabilidad. La sentencia destacó que «las capturas de pantalla impresas no son prueba electrónica, sino una mera representación física materializada en soporte papel de un hecho acaecido en el mundo virtual».
¿Cómo deben presentarse las pruebas de WhatsApp en un juicio?
Los abogados y expertos en peritaje digital recomiendan seguir estos pasos para que una conversación de WhatsApp tenga validez en los tribunales:
- Análisis forense del dispositivo: Un perito debe extraer la conversación directamente del móvil mediante herramientas certificadas que garanticen su autenticidad.
- Metadatos intactos: La prueba debe incluir información técnica como fechas, horas, remitentes y receptores, sin posibilidad de alteración.
- Acta notarial: Un notario puede dar fe del contenido del mensaje y su origen, aunque esto no sustituye un análisis forense.
- Testigos adicionales: Si es posible, corroborar los hechos con testimonios que respalden la veracidad de la conversación.
- Certificación de cadena de custodia: Asegurar que la evidencia digital se mantiene intacta durante todo el proceso judicial.
La digitalización de la justicia exige protocolos rigurosos
El rechazo de los «pantallazos» como prueba en los tribunales marca un punto de inflexión en la manera en que se presentan las pruebas digitales en los litigios. Si bien WhatsApp es una herramienta ampliamente utilizada en el ámbito laboral y comercial, su uso en los juicios debe ir acompañado de mecanismos técnicos que aseguren su validez.
España se enfrenta al desafío de adaptar su legislación a la era digital, estableciendo protocolos claros sobre la validez de las pruebas electrónicas. Sin una regulación adecuada y sin el apoyo de peritos informáticos, los tribunales seguirán viendo con recelo las pruebas basadas en capturas de pantalla, dejando desprotegidos a muchos ciudadanos que confían en estos medios para respaldar sus reclamaciones.
Es hora de que abogados, jueces y legisladores comprendan que la ciberseguridad y la informática forense no son una opción, sino una necesidad en el sistema judicial del siglo XXI.