Los Aranceles, una cuestión estratégica que va más allá del comercio: la soberanía tecnológica y la protección del tejido industrial nacional.
La intensificación de la guerra comercial entre Estados Unidos y China ha generado un entorno económico global incierto, afectando directamente a la protección de la propiedad intelectual e industrial. España, con su tejido empresarial compuesto en gran medida por pequeñas y medianas empresas (pymes), se enfrenta a desafíos significativos en este nuevo escenario.
La guerra arancelaria entre Estados Unidos y China ha desencadenado una serie de desafíos para la protección de la propiedad intelectual e industrial, especialmente en países como España. Los fabricantes chinos, al sortear los aranceles mediante estrategias como la deslocalización de centros de ensamblaje o el uso de marcas blancas, están debilitando los mecanismos tradicionales de defensa de la propiedad intelectual.
Este contexto plantea una amenaza significativa para las pymes españolas, que a menudo carecen de los recursos necesarios para enfrentar la competencia desleal y proteger sus innovaciones. La falta de una defensa eficaz transnacional y la judicialización tardía de las infracciones agravan la situación, poniendo en riesgo empleos cualificados y el valor económico generado por estas empresas.
Para mitigar estos efectos, es crucial fortalecer las instituciones encargadas de la protección de la propiedad intelectual, establecer sistemas de alerta temprana en aduanas y crear fondos de defensa jurídica que permitan a las pymes litigar sin comprometer su viabilidad económica. Además, es fundamental educar al consumidor sobre la importancia de apoyar productos originales y fomentar hábitos de consumo que valoren la innovación y la calidad.
En este escenario, la colaboración entre gobiernos, empresas y consumidores es esencial para preservar la integridad del ecosistema empresarial y garantizar un futuro sostenible para la economía española.
La guerra de los aranceles no solo está reconfigurando las rutas comerciales globales, también está debilitando gravemente los mecanismos tradicionales de defensa de la propiedad intelectual e industrial.
Desde su regreso a la Casa Blanca, el presidente estadounidense Donald Trump ha implementado políticas proteccionistas, imponiendo aranceles elevados a productos importados, especialmente aquellos provenientes de China. Esta medida ha desencadenado represalias por parte del gigante asiático, intensificando la guerra comercial entre ambas potencias. Europa, y en particular España, se ven atrapadas en este conflicto, enfrentando consecuencias económicas adversas.
En este escenario, los fabricantes chinos están demostrando una habilidad impresionante para sortear las barreras arancelarias mediante estrategias como:
- Deslocalización de centros de ensamblaje en terceros países para obtener beneficios arancelarios preferentes.
- Uso de marcas blancas o subsidiarias locales para “maquillar” el origen real del producto.
- Innovación inversa: desarrollan productos muy similares a los originales protegidos por patentes europeas pero con ligeros cambios para evadir litigios.
- Registro anticipado de marcas en mercados emergentes, lo que impide a los originales penetrar sin litigios previos.
Para España, esta situación es crítica porque muchas de nuestras pymes, sobre todo en sectores como el textil, agroalimentario o electrodoméstico, no tienen el músculo legal ni económico para enfrentarse a este tipo de competencia desleal. Si a eso le sumamos que no existe una defensa eficaz transnacional de la propiedad intelectual y que muchas infracciones se judicializan tarde y mal, estamos abocados a una pérdida masiva de valor económico y de empleos cualificados.
España, con una economía fuertemente orientada a la exportación y una base empresarial compuesta mayoritariamente por pymes, se ve especialmente vulnerable en este contexto. Los sectores más afectados incluyen:
- Automoción: La imposición de aranceles del 25% por parte de Estados Unidos afecta gravemente a la industria automovilística europea, particularmente a los numerosos fabricantes de componentes que representan alrededor del 75% del valor de un vehículo. Empresas españolas como Gestamp, Cie Automotive, Antolin y Teknia son especialmente vulnerables debido a la compleja y globalizada cadena de suministro del sector.
- Agroalimentario: Productos como el aceite de oliva, el vino y las aceitunas se han visto afectados negativamente por las políticas arancelarias, reduciendo significativamente sus exportaciones a EE.UU.
- Textil y calzado: La competencia desleal de productos chinos, que a menudo infringen derechos de propiedad intelectual, pone en riesgo a las empresas españolas de estos sectores.
Desafíos en la protección de la propiedad intelectual
La protección de la propiedad intelectual en este entorno se complica por varios factores:
- Limitaciones legales en China: Los recursos legales por robo de propiedad intelectual son limitados en China y los tribunales chinos suelen favorecer a las empresas nacionales.
- Dificultades para las pymes: Muchas pymes españolas carecen de los recursos necesarios para registrar y defender sus derechos de propiedad intelectual a nivel internacional.
- Falsificaciones y copias: La proliferación de productos falsificados o copiados afecta la competitividad de las empresas españolas, especialmente en sectores como el textil y el calzado.
Estrategias de los fabricantes chinos para sortear los aranceles
Ante los aranceles impuestos, muchos fabricantes chinos han adoptado estrategias para eludir estas barreras comerciales. Algunas de estas tácticas incluyen:
- Deslocalización de la producción: Estableciendo fábricas en países con acuerdos comerciales favorables, como México, para aprovechar tratados como el T-MEC y evitar aranceles al exportar a Estados Unidos.
- Uso de marcas blancas: Creando marcas locales o utilizando marcas existentes en otros países para disimular el origen chino de los productos.
- Modificaciones mínimas en productos: Realizando cambios superficiales en productos para evitar infracciones de patentes o derechos de autor, dificultando la protección de la propiedad intelectual.
Todo esto traerá un alto Impacto en la economía española, con lo que sugerimos algunas claves urgentes para mitigar esta ecatombe para proteger la propiedad intelectual
Para mitigar estos desafíos, se proponen varias medidas:
- Fortalecimiento de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM): Incrementar su presupuesto y recursos para mejorar la vigilancia internacional y la cooperación jurídica.
La guerra de aranceles y las estrategias adoptadas por algunos fabricantes para sortearlas representan una amenaza significativa para la economía española y la protección de la propiedad intelectual. Es esencial que España adopte medidas proactivas para fortalecer su sistema de protección de la propiedad intelectual, apoyar a sus pymes y colaborar a nivel internacional para garantizar un entorno comercial justo y equitativo.
Este artículo ha sido elaborado por el equipo de TecFuturo, comprometido con el análisis y la divulgación de temas clave en tecnología, economía y sociedad.