El pasado viernes tuve el privilegio de asistir a la representación número 1.000 en España de «La función que sale mal», una obra que no solo ha sobrevivido a una pandemia, sino que ha cruzado exitosamente cuatro temporadas teatrales, recorriendo España y varios teatros madrileños hasta llegar al Teatro Amaya. Con funciones programadas hasta abril, esta comedia promete seguir arrancando carcajadas a un público fiel y cada vez más entusiasta.
Desde el primer momento, el título deja claro lo que está por venir: un caos meticulosamente orquestado en el escenario. Antes incluso de que la función comience oficialmente, un grupo de personajes entra y sale, aparentemente ultimando detalles de una escenografía que parece tener vida propia. Golpes a puertas, relojes desajustados y librerías inestables son solo un preludio del desmadre que está por suceder. Este inicio interactivo ya anticipa el tono de la obra: una parodia que mezcla el teatro dentro del teatro con un absurdo contagioso.
Una sátira del misterio teatral con tintes de Agatha Christie: La trama es simple, pero efectiva: una inexperta compañía de teatro intenta montar una obra de misterio al estilo de Agatha Christie. En el escenario se presenta una mansión donde se ha cometido un asesinato. Hay un inspector de policía, un cadáver que se mueve a destiempo y un elenco de sospechosos que incluyen al hermano del difunto, su novia, el mayordomo y hasta el jardinero. Sin embargo, el verdadero misterio no es quién cometió el crimen, sino cómo esta compañía consigue llevar a cabo la función en medio de un caos descomunal.
Puertas que no abren, atrezos que se desmoronan, actores que olvidan sus líneas, se confunden de escena o entran antes de tiempo, y técnicos que literalmente se suman al elenco en busca de un CD perdido (sí, de José Luis Perales). Todo esto se combina para crear un espectáculo donde los errores, reales o simulados, son el eje central de la comedia.
Un elenco brillante que da vida al desastre: El montaje español, dirigido por Sean Turner con David Ottone como director asociado, logra trasladar con maestría la esencia del éxito original del West End londinense y Broadway. El elenco, compuesto por nombres como Adria Olay, Víctor de las Heras, Carla Postigo y Rubén Casteiva, entre otros, demuestra una sincronización impecable para lo que parece un caos espontáneo. La verdad es que detrás de cada caída, tropiezo y momento de olvido hay una precisión milimétrica que requiere un talento extraordinario.
La escenografía, diseñada por Nigel Hook, también es protagonista. Más que un simple decorado, es un personaje en sí mismo que, con sus constantes «fallos», añade una capa más de comicidad al espectáculo. Especial mención merece el trabajo de luces y sonido de Andy Johnson, cuya aparente torpeza en los controles refuerza el absurdo.
Risas aseguradas para todos los públicos: Con una duración de casi dos horas repartidas en dos actos, sin descanso «La función que sale mal» es un dislate continuo que no da tregua al público. Las risas son constantes y contagiosas, llenando cada rincón del teatro. La obra no tiene fronteras generacionales ni culturales; prueba de ello es su éxito en más de 20 países.
Aunque puede parecer una comedia ligera, la obra es también un homenaje al teatro en sí mismo. Nos recuerda, con humor, que el teatro es un arte vivo, donde todo puede (y suele) salir mal, pero que en ello reside su magia y autenticidad.
Como crítico, no puedo evitar detenerme a reflexionar sobre lo que «La función que sale mal» nos dice más allá de las carcajadas. En un mundo donde todo está planeado al milímetro, desde nuestras agendas hasta las redes sociales, esta obra nos invita a celebrar lo imprevisible, lo imperfecto. Porque, al fin y al cabo, son los errores los que muchas veces nos regalan los momentos más memorables, tanto en el escenario como en la vida. El espectador que acuda a ver la función tiene la diversión asegurada.
Ficha técnica
- Dirección original: Mark Bell
- Dirección española: Sean Turner
- Dirección residente: Víctor Conde
- Adaptador: Zenón Recalde
- Elenco: Adria Olay, Víctor de las Heras, Carla Postigo, Rubén Casteiva, Aránzazu Zarate, Arturo Martínez Vázquez, Iker Montero, Arturo Sebastiá, Avelino Piedad, Luciana De Nicola, Jacinto Bobo, Javier Antón
- Escenografía: Nigel Hook
- Iluminación: Ric Mountjoy
- Vestuario: Roberto Surace
- Diseño de sonido: Andy Johnson
Teatro Amaya, Madrid
«La función que sale mal» no es solo una comedia hilarante; es una experiencia teatral que revitaliza el género de la sátira. Con un montaje espectacular y un elenco entregado, esta obra garantiza una velada inolvidable. Si buscas desconectar de la rutina y regalarte un par de horas de risas incontrolables, esta es, sin duda, una cita obligada.