Los delitos informáticos se han convertido en una amenaza creciente en España, donde las estafas digitales, el fraude bancario y el uso malintencionado de la inteligencia artificial avanzan a una velocidad alarmante. Los Juzgados de Córdoba ya han comenzado a procesar casos emblemáticos, como el de un hombre que, a través de WhatsApp, suplantó la identidad de la hija de una víctima para engañarla y conseguir 900 euros.
Este caso, que será juzgado por el Juzgado de lo Penal número 5 de Córdoba, representa un patrón común de estafa que ha ido ganando terreno en los últimos años. Se trata del conocido timo del ‘hijo en apuros’, donde los delincuentes se hacen pasar por un familiar cercano con la excusa de haber perdido su teléfono móvil, para luego solicitar dinero con urgencia.
Según el relato de la Fiscalía, la víctima recibió un mensaje por WhatsApp desde un número desconocido en el que un individuo, haciéndose pasar por su hija, le pidió que mantuvieran la comunicación por esa vía, asegurando que no podía hacer llamadas. A medida que avanzó la conversación, el estafador construyó una historia convincente en la que necesitaba dinero para comprar un teléfono nuevo, solicitando una transferencia de 900 euros a una cuenta bancaria que, más tarde, se descubrió que pertenecía al acusado.
La víctima, tras realizar la transferencia, comenzó a sospechar y decidió contactar directamente con su verdadera hija, quien confirmó que jamás había enviado esos mensajes ni solicitado dinero. La cuenta en la que se realizó el ingreso perteneciente al acusado, y el dinero no ha sido devuelto hasta la fecha.
El Ministerio Fiscal pide tres años de prisión para el acusado, ya que es reincidente en este tipo de delitos, lo que agrava su situación penal.
Un fraude que sigue en expansión
La estafa del ‘hijo en apuros’ no es un caso aislado. Según datos de la Policía Nacional y la Guardia Civil, este tipo de fraude ha aumentado en los últimos dos años con cientos de denuncias en toda España. La clave del éxito de estos timos radica en la capacidad de manipulación psicológica de los delincuentes, que se aprovechan de la preocupación de los padres y familiares para actuar con rapidez y sin cuestionamientos.
Este tipo de fraudes digitales se han sofisticado, combinando suplantaciones de identidad, ingeniería social y uso de inteligencia artificial para hacerlos aún más creíbles.
Paralelamente a estas estafas, la Unidad de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional en Córdoba ha comenzado a investigar a menores que estarían utilizando inteligencia artificial para crear imágenes sexualizadas de otros jóvenes.
La irrupción de la inteligencia artificial generativa ha abierto un nuevo campo de amenazas digitales, donde herramientas accesibles en internet permiten manipular fotos e incluso generar imágenes realistas de personas. Esta tecnología, que inicialmente tenía aplicaciones legítimas en el mundo del entretenimiento y la publicidad, ha sido explotada por ciberdelincuentes y redes organizadas para la difusión de material manipulado con multas extorsivos y de acoso.
Los expertos en ciberseguridad advierten que la facilidad con la que se pueden generar deepfakes y contenido manipulado plantea una grave amenaza a la privacidad, especialmente en el caso de menores de edad.
Los delitos cibernéticos han crecido exponencialmente en los últimos años. Según el Ministerio del Interior, en 2023 se registraron más de 375.000 delitos informáticos en España, lo que representa un incremento del 25% con respecto al año anterior.
Las estafas siguen siendo el delito más frecuente, con más del 85% de los casos denunciados. La modalidad más común sigue siendo el fraude bancario, pero los timos como el del ‘hijo en apuros’ o las falsas inversiones en criptomonedas han experimentado un crecimiento alarmante.
En cuanto al uso malintencionado de la inteligencia artificial, la Policía Nacional ha detectado un incremento de un 40% en la creación de contenido manipulado con IA en el último año, en su mayoría con multas de difamación, acoso y extorsión sexual.
Ante la amenaza de este tipo de fraudes y delitos tecnológicos, los expertos recomiendan seguir una serie de medidas clave para evitar caer en manos de los ciberdelincuentes:
🔹 Desconfiar de mensajes de familiares desde números desconocidos. Ante cualquier petición de dinero, siempre confirma primero con la persona real mediante una llamada o videollamada.
🔹 Evitar realizar transferencias sin verificar la autenticidad de la petición. Nunca envíe dinero sin antes comprobar con fuentes confiables.
🔹 Configurar sistemas de doble autenticación en cuentas bancarias y redes sociales. Esto impide que terceros accedan a información personal y reduzcan el riesgo de suplantación de identidad.
🔹 Proteger las imágenes personales en redes sociales. Evitar publicar fotografías en perfiles públicos que puedan ser utilizados para deepfakes o acoso digital .
🔹Utilizar herramientas de detección de deepfakes. Existen plataformas y software que pueden analizar si una imagen ha sido manipulada con inteligencia artificial.
La llegada de la inteligencia artificial y la expansión de nuevas modalidades de fraude digital plantean retos urgentes en la seguridad cibernética y la legislación penal. Las leyes actuales en España aún no están totalmente adaptadas a los nuevos delitos tecnológicos, lo que genera un vacío legal en muchos casos.
Los tribunales españoles comienzan a sentar precedentes, pero la lucha contra la ciberdelincuencia requiere una respuesta coordinada entre la Policía, la Justicia y las empresas tecnológicas.
Por ahora, casos como el del ‘hijo en apuros’ en Córdoba reflejan la necesidad de reforzar la educación digital, promover campañas de prevención y actualizar el marco normativo, para evitar que los ciberdelincuentes sigan operando con impunidad.