miércoles, julio 16, 2025
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Degussa: Tradición, Innovación y el Oro como Refugio en la Era Digital

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En tiempos de zozobra económica global, cuando las bolsas titubean y la inflación erosiona el poder adquisitivo, la mirada de inversores grandes y pequeños se vuelve hacia un activo ancestral con estabilidad a lo largo de la historia: el oro. Sin embargo, esta misma aura de confianza y solidez lo convierte en un cebo irresistible para aquellos que acechan en las sombras digitales, urdiendo complejas tramas de fraude y estafas piramidales que explotan la buena fe y la necesidad de seguridad económica de miles de personas.

En la última década, al compás del auge de internet, la omnipresencia de las redes sociales y la proliferación de información financiera no siempre veraz, España ha experimentado un alarmante incremento en los casos de fraudes vinculados al oro. Promesas de rentabilidades desorbitadas, plataformas de inversión opacas que simulan la negociación del metal precioso y sofisticadas estructuras Ponzi se han tejido en la red, dejando tras de sí un reguero de víctimas y pérdidas económicas significativas.

Aunque las fachadas y los métodos varían, el núcleo operativo de estas estafas comparte un patrón siniestramente familiar. La captación de incautos se inicia en el vasto y a menudo desregulado espacio online. Redes sociales como Instagram y Facebook, canales de video como YouTube, foros especializados e incluso el boca a boca digital a través de aplicaciones de mensajería se convierten en el caldo de cultivo perfecto para sembrar promesas extraordinarias. Los mensajes, cuidadosamente elaborados para apelar a la codicia y a la necesidad de ingresos pasivos, resuenan con frases tentadoras: “Invierte en oro sin riesgo”, “Renta mensual asegurada con lingotes” o “Multiplica tu inversión desde la comodidad de tu hogar”.

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Para dar una pátina de legitimidad a sus operaciones fraudulentas, los estafadores suelen simular la existencia de empresas especializadas en la compraventa o inversión en oro. En algunos casos, no dudan en utilizar nombres que evocan la seriedad y la tradición de mercados financieros sólidos, como Suiza o Alemania, llegando incluso a utilizar denominaciones sorprendentemente similares a firmas reales y de renombre en el sector. Esta táctica de mimetismo busca generar una falsa sensación de confianza en las víctimas potenciales.

Una vez que el inversor ha caído en la trampa, la recuperación de su inversión se convierte en una odisea plagada de obstáculos. Se enfrentan a trabas técnicas inexplicables en las plataformas online, cláusulas oscuras y laberínticas en contratos inexistentes o, en el peor de los casos, a un silencio ensordecedor por parte de los promotores cuando intentan retirar sus fondos. La fase final de la estafa suele caracterizarse por la desaparición digital de los artífices del fraude: los sitios web se cierran abruptamente, los perfiles en redes sociales se eliminan y los promotores se esfuman sin dejar rastro, a menudo alegando hackeos informáticos o circunstancias imprevistas. En muchos casos, las empresas fantasmas detrás de estas estafas están domiciliadas en paraísos fiscales o, directamente, no existen legalmente.

En España casos como el de Forum Filatélico y Afinsa, que sacudieron España hace años, comparten un esquema operativo idéntico al de muchas de las estafas actuales que utilizan el oro como señuelo. Estas trampas piramidales, aunque basadas en la inversión en sellos, demostraron la vulnerabilidad de los inversores ante promesas de rentabilidades garantizadas y la capacidad de los estafadores para construir imperios efímeros basados en la ilusión.

Más recientemente, organismos reguladores europeos han puesto bajo la lupa plataformas como Karatbars International o Global InterGold, investigadas por operar esquemas de tipo piramidal bajo la fachada de la venta de oro digital o la inversión en lingotes. Estas investigaciones ponen de manifiesto la persistencia de este tipo de fraude y la necesidad de una vigilancia constante por parte de las autoridades.

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La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en España ha emitido en los últimos años decenas de advertencias sobre entidades no registradas que ofrecen productos relacionados con el oro de inversión sin la debida autorización. En un intento por capitalizar las últimas tendencias tecnológicas, algunos promotores fraudulentos incluso ofrecen “oro tokenizado” o “lingotes respaldados por blockchain”, apelando a la novedad y la complejidad para generar una falsa sensación de legitimidad.

Protegerse de estas sofisticadas estafas exige una actitud vigilante y la capacidad de identificar las “banderas rojas” que delatan una operación fraudulenta. La promesa de rentabilidades garantizadas debe ser la primera señal de alerta. El oro, si bien es un activo refugio, está sujeto a las fluctuaciones del mercado, y ninguna inversión legítima puede ofrecer rentas fijas sin riesgo. Es fundamental verificar siempre si la empresa o la plataforma de inversión está registrada en la CNMV, el Banco de España o cuenta con acreditaciones reconocidas en el sector del oro, como la LBMA (London Bullion Market Association).

La ausencia de una dirección física verificable, la falta de auditorías transparentes o la imposibilidad de obtener referencias profesionales sólidas deben generar desconfianza inmediata. Asimismo, una operativa basada exclusivamente online, sin contacto directo con representantes de la empresa, sin la existencia de un contrato físico detallado o sin la opción de verificar la existencia física del producto, son señales inequívocas de potencial fraude.

Entonces ¿cómo protegerse?, la primera línea de defensa contra el fraude reside en la información y la educación financiera. Sin embargo, existen medidas concretas que todo inversor debe adoptar para proteger su patrimonio al invertir en oro. Es crucial verificar la trazabilidad del oro. Empresas con una reputación intachable en el mercado, como Degussa Metales Preciosos, ofrecen total transparencia sobre el origen de sus productos, garantizando una pureza del 99,99% y operando únicamente con proveedores certificados. Esta transparencia permite al inversor tener la certeza de la autenticidad y la procedencia ética del oro que adquiere.

Exigir contratos claros y documentación legal detallada es fundamental. Si no existe un contrato físico que especifique los términos de la inversión, la custodia, la recompra o la fiscalidad, es motivo de seria desconfianza. Buscar el asesoramiento de expertos reales y cualificados en el sector financiero es esencial. Huya de “asesores financieros” sin acreditación ni trayectoria demostrada. Opte por entidades que cuenten con profesionales con experiencia y reconocimiento en el mercado del oro. Mantenga una actitud de escepticismo ante el oro digital sin un respaldo físico tangible. Las tokenizaciones, los “lingotes virtuales” y otros productos financieros opacos requieren una vigilancia aún mayor. Si no puede tocar, ver o almacenar el oro físico, la probabilidad de que se trate de una inversión real disminuye significativamente. Ante cualquier duda o sospecha de fraude, no dude en denunciar y consultar a la CNMV, a asociaciones de consumidores o incluso a peritos expertos como la ANTPJI. Actuar con rapidez es crucial para intentar rastrear los fondos perdidos.

Firmas especializadas como Degussa ofrecen servicios de cajas de seguridad o almacenamiento profesional asegurado, lo que evita depender de terceros sin garantías y asegura la integridad física de la inversión. En TecFuturo, conversamos con el director de Degussa Metales Preciosos, para analizar el papel del oro frente a las criptomonedas y cómo la innovación tecnológica está redefiniendo la inversión en activos tangibles, con más de un siglo de historia, se ha consolidado como uno de los referentes mundiales en la comercialización de metales preciosos, especialmente oro, y hoy lidera la transformación digital del sector sin perder de vista la esencia que ha hecho del oro un valor refugio por excelencia. La empresa ofrece a sus clientes la posibilidad de adquirir oro físico en diferentes formatos, acceder a servicios de custodia y asesoramiento personalizado, y participar en programas de formación y divulgación sobre metales preciosos.

Siete preguntas claves para el director de Degussa

Degussa es una marca con más de un siglo de historia. ¿Cómo ha logrado la empresa adaptarse a la revolución digital sin perder su esencia tradicional?

La empresa realmente tiene más de un siglo de historia, el nombre Degussa lo compró la familia Frunfing en el año 2010, otra vez para lanzarlo como distribución de retail inicialmente, simplemente porque buscaba una forma distinta cuando alguien quería invertir en un lingote, no era las típicas tiendas que pueden vender oro y más cosas y suelen estar en barrio alemán y era típico cerca de la estación, o sea un barrio bastante más feo por así decir. Entonces buscaba una forma distinta de dar la posibilidad al inversor de comprar oro y por eso creó Degussa. Pero lo que es la parte digital obviamente la distribución grande se va mucho por el canal del online, el web, tanto en Alemania como en Suiza, en Inglaterra y aquí en España. Es un canal de distribución para nosotros bastante importante y es una forma de llegar también a muchos clientes ya que no tenemos sucursales repartidos para todo el territorio. En plan para renovarse es una forma natural de llegar al cliente, ofreciéndole un producto garantizado y por eso empezaron con la parte digital, aquí en España se puede comprar desde la página web, lo único es que no se puede pagar con tarjeta de crédito, la página web simplemente genera una confirmación donde se fija el precio del oro, porque el precio del oro va variando cada minuto, cada segundo, y en la página web durante 15 minutos se fija el precio, el cliente tiene tiempo para hacer su compra, tiene una factura y hará una transferencia, entonces una vez que el dinero llega ahí, nosotros le avisamos y le coge o le enviamos la mercancía.

En un contexto de alta volatilidad financiera, ¿por qué considera que el oro sigue siendo un valor refugio superior a las criptomonedas?

El oro no es solamente un refugio, el oro es algo que los bancos centrales siempre lo utilizan para sus reservas, es un activo que encaja perfectamente en una cartera de inversión y no solamente como activo refugio, también como diversificación. Y hoy en día, si hablamos solamente de España, tenemos muchos Family Office, clientes institucionales, gente de alto patrimonio y el particular que para nosotros es un cliente muy importante, el abanico de los clientes es variado y muy bien diversificado. Y en cuanto a criptos, tenemos muchos clientes que preguntan por la mejor cripto o mejor oro, siempre explicamos que son dos activos totalmente distintos. Cuando se hablan de criptos se refieren en particular el bitcoin, no otros criptos y el bitcoin puede encajar en una cartera, simplemente es mucho más volátil, tiene más riesgo. Entonces lo que decimos a los clientes, si tenéis bitcoin simplemente el porcentaje del oro y lo que da estabilidad tu cartera tiene que ser más grande. No decimos deja el bitcoin y es todo en oro, si te gusta el bitcoin por sea lo que sea, tiene sentido, pero tienes que tener en cuenta que la volatilidad es alta y tienes que ser listo asumir ese riesgo.

¿Qué ventajas ofrece el oro digital frente al oro físico y cómo ha evolucionado la demanda de estos productos en los últimos años?

Sí, hubo muchas empresas que nos han contactado para ser sus proveedores y aquellos que querían lanzar los token. De momento no hemos empezado a cooperar con esas empresas, simplemente por un tema de infraestructura, tenemos que tener una infraestructura distinta para, de alguna forma, ayudar a vender los tokens, porque el token puede ser un lingote de un kilo repartido en mil, por ejemplo, la ventaja de un token es si está respaldado por oro a cien por cien, lo veo como un producto viable, sin problemas, ¿no? Y es interesante también para un inversor que a lo mejor no puede tener acceso a un kilo, simplemente porque el kilo es más caro, y nosotros el lingote más pequeño es un gramo, pero un gramo lleva IVA, porque el oro está exento de IVA y el oro físico parte de dos gramos, tal vez el token tiene una ventaja fiscal, pero allí tenemos que preguntar a un asesor. El token personalmente lo veo muy bien para países, por ejemplo, como puede ser Argentina. donde el cliente particular no puede comprar oro de 24 kilates y solamente compra oro con al parecer el 96% o el 99% y creo que de momento u originariamente allí estaba pensando para que el consumidor o el inversor no pudiese sacar el oro al extranjero entonces si tiene un token, porque no, lo veo bien más para estos países donde hay muchos límites a la hora de vender el oro o el oro es de una potencia inferior para que el capital se quede en el país para Europa, todavía creo que estamos en un periodo demasiado temprano seguramente va a llegar algún momento, pero no creo que va a comerse al mercado, por así decir.

Las criptomonedas han ganado popularidad entre los inversores jóvenes. ¿Qué argumentos daría para convencerles de que el oro es una apuesta más segura y estable?

La criptomoneda sí que les gusta mucho a los jóvenes, sin duda, y a los menos jóvenes también. Lo que pasa es que el caso más ejemplo que tenemos aquí, el famoso apagón de hace tres semanas con el apagón, se fue todo. Y el oro sigue siendo un medio de pago, porque legalmente el oro es un medio de pago, si tiene una pobreza de 22 kilates hasta 24. Si yo como particular compro algo de otro particular, es un contrato bilateral, entonces si él está contento en aceptar el oro, se hace. Lo que dice el Ministerio de Economía, que en España es algo muy interesante, ese dinero a todo efecto, lo que pasa es que para operaciones que superan los mil euros, tiene que pasar por el circuito bancario. Entonces como tiene que pasar por el circuito bancario, ningún banco lo quiere hacer, entonces el cliente está obligado a venir a establecimientos como Degussa, nos vende el oro, nosotros le hacemos la transferencia y tienen otra vez el dinero. Entonces claro, la ventaja respecto a la cripto es que simplemente es otro activo y también tienen que pensar que el oro ya lleva 6.000 años de historia, el bitcoin lleva 15. Pero no pueden decir simplemente, blanco o negro, no encaja. Entonces el argumento cuando vienen aquí varía, tenemos a algún joven que viene, no muchos, soy sincero, los jóvenes tienden más obviamente al bitcoin. Pero sí tenemos casos de algunos estudiantes que prefieren comparar algo de oro. Y en otros casos, que no pueden acceder a un piso, porque hay una inflación en los activos reales, entonces prefieren tener un activo real que es el oro, y con el tiempo incrementa su valor más lo que han ahorrado, ayudará a tener acceso a su futura vivienda, claro, esos estudiantes lo pueden hacer en un importe más pequeño, lingotes de 5 gramos, 10 gramos, y vienen de vez en cuando, cuando se lo pueden permitir. El caso del Barrio de Salamanca con los pisos que se han triplicado en los últimos 10 años, tiene la única forma de participar, necesitas un activo real, y el Bitcoin es un activo distinto.

¿Cómo garantiza Degussa la seguridad y la trazabilidad del oro físico que comercializa?

Si, en el oro físico la trazabilidad es muy importante porque Degussa es socio de la Asociación Londinense de Metales Preciosos, lo que en inglés le llaman un full member. Para ser socio de esa asociación, aparte que tienes que depositar una cantidad de dinero bastante importante, necesitas tres empresas que ya están allí que pueden ser fundiciones, bancos o una competencia que te abala y todas las fundiciones están en una lista que se llama Boot Delivery List y es buena porque la asociación misma va a visitarlos sin avisarles para asegurarse que esas minerías o minas no den trabajo o no empleen a esclavos cosas que en África o en Asia pasan, y entonces sabemos que de allí la fundición que compra este oro está ya auditada y llegan de un circuito ilícito, que todo está bien. Nosotros lo compramos y tenemos la garantía de la LBMA de la fundición. Si una fundición hace digamos el niño malo que lo puede haber entre todo en cuanto sale le quita la licencia y automáticamente con la fundición si le quitas la licencia vas a perder mucho negocio entonces yo creo que todo ese círculo es tan bien montado para que hay un interés recíproco en portarse bien.

¿Qué papel juega la sostenibilidad y la responsabilidad social en la estrategia de Degussa respecto a la obtención y comercialización de metales preciosos?

Tiene un papel muy importante, porque el oro en sí como producto es uno de los más sostenibles que hay porque se recicla constantemente. El nicho del oro que hay en el mercado, un porcentaje muy elevado, como un 20 o un 30%, es solo reciclado. También tiene que tener en cuenta que el oro que tenemos hoy en día en el mundo, desde que empezamos a sacarlo hace 6.000 años, son 22 metros cúbicos, es como una piscina básicamente y no hay mucho más oro y por eso también el precio sigue siempre al alta y se mira todo obviamente, por eso la sostenibilidad es muy importante.

¿Qué innovaciones tecnológicas está implementando Degussa para mejorar la experiencia del cliente y anticiparse a las tendencias del mercado?

Se están haciendo muchas cosas, sin embargo, es un tema del cual no puedo dar mucha información, pero sí que la digitalización está presente y se está invirtiendo mucho para que la experiencia de compra en la página web sea intuitiva y asesorarte durante todo el proceso. La empresa cree mucho en la masa de los consumidores y pymes y quieren llegar a todos ellos.

Invertir en oro puede ser una estrategia inteligente y efectiva para diversificar la cartera y preservar el patrimonio a largo plazo. Sin embargo, como cualquier activo valioso, su reputación también puede ser utilizada como señuelo por aquellos que buscan enriquecerse a costa de la ingenuidad ajena. Por ello, en un mercado donde las sombras del fraude se alargan, resulta más importante que nunca contar con intermediarios serios, transparentes y con acreditaciones internacionales, como Degussa, que construyen su propuesta de valor sobre pilares fundamentales como la seguridad jurídica, la trazabilidad exhaustiva y una atención personalizada al inversor.

En un mundo digital donde la sofisticación del fraude evoluciona a diario, proteger nuestro patrimonio exige algo más que la simple adquisición de un metal precioso. Requiere conocimiento, una vigilancia constante y, sobre todo, la confianza depositada en aquellos que llevan décadas operando con integridad y transparencia en el mercado del oro, ofreciendo una luz de seguridad en medio de la oscuridad de las estafas.

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