La inteligencia artificial (IA) está transformando radicalmente la manera en que trabajamos y nos relacionamos con la tecnología. Sin embargo, una reciente investigación de la Asociación Nacional de Tasadores y Peritos Judiciales Informáticos (ANTPJI) revela una paradoja alarmante: aunque el 80% de los empleados usa herramientas como ChatGPT diariamente, solo el 20% recibe una formación formal que les permita aprovechar esta revolución tecnológica de forma segura y eficiente. Esta brecha educativa no solo limita el potencial de crecimiento individual y colectivo, sino que también expone a las empresas y sus trabajadores a riesgos significativos, desde fraudes informáticos hasta vulnerabilidades en su seguridad digital.
El estudio de ANTPJI destaca que un 93% de los trabajadores reconoce que la IA puede impactar positivamente en el entorno laboral, facilitando tareas y aumentando la productividad. La IA ha dejado de ser una herramienta tecnológica residual para convertirse en un recurso cotidiano presente en sectores tan diversos como la salud, la educación o la administración pública. Los asistentes virtuales, generación automática de texto, análisis predictivo y automatización de procesos son solo algunas de las aplicaciones que ya están marcando la diferencia.
Sin embargo, frente a esta masificación del uso, la formación formal para manejar y entender estas herramientas no avanza al mismo ritmo. El 80% de los empleados que usan IA lo hacen de forma autodidacta o con recursos no institucionalizados, lo que frena el desarrollo de competencias digitales sólidas y un uso crítico y ético de la tecnología.
La falta de formación en IA implica riesgos que van más allá de la simple ineficiencia. En el contexto actual, donde la ciberdelincuencia avanza velozmente utilizando también herramientas de IA, el personal no capacitado se vuelve fácilmente vulnerable a ataques sofisticados.
Riesgos digitales asociados con la IA sin formación:
- Phishing y estafas avanzadas: Los ciberdelincuentes utilizan la IA para generar correos y mensajes muy creíbles que engañan incluso a usuarios experimentados.
- Filtración involuntaria de datos confidenciales: El desconocimiento de cómo manejar los sistemas con IA puede llevar a exponer información sensible sin querer.
- Manipulación de resultados y toma de decisiones sesgadas: La falta de entendimiento crítico sobre qué hace la IA puede ocasionar decisiones erróneas, perjudiciales para la empresa.
- Exposición a vulnerabilidades técnicas: El desconocimiento de buenas prácticas en seguridad digital abre puertas a malware y ataques dirigidos.
Frente a estas amenazas, ANTPJI y expertos en ciberseguridad subrayan que la formación no debe ser solo técnica, sino también ética y estratégica. Las organizaciones necesitan capacitar a sus equipos en la identificación de riesgos y en protocolos para responder ante incidentes.
Más allá de los riesgos, la IA es una aliada indispensable para mejorar los procesos laborales, potenciar el talento y generar nuevas oportunidades. Las tecnologías de IA permiten adaptar la educación continua a las necesidades individuales mediante aprendizaje personalizado y eficiente, además de liberar tiempo al automatizar trabajos rutinarios.
El estudio subraya que los trabajadores valoran la IA como puente entre las tareas repetitivas y aquellas que requieren mayor creatividad y analítica. Sin embargo, para que este potencial sea real y efectivo, es imprescindible contar con infraestructuras digitales robustas y un ecosistema de capacitación adecuado.
El empleo del futuro está indisolublemente ligado a competencias tecnológicas avanzadas. Entre las más valoradas se encuentran la habilidad para analizar datos complejos, la capacidad de adaptarse a entornos innovadores y el pensamiento creativo para diseñar soluciones.
Sin embargo, la falta de formación organizada en IA genera una brecha que puede traducirse en desigualdad laboral, obsolescencia profesional y pérdida de competitividad empresarial. La ausencia de soporte formativo adecuado reduce también la capacidad de las personas para protegerse ante fraudes electrónicos, cada vez más sofisticados y presentes.
Dos tercios de los empleados encuestados consideran que la infraestructura tecnológica actual está insuficientemente preparada para soportar la demanda creciente del uso de IA y el consumo digital. Para avanzar hacia modelos eficientes y seguros es necesario reforzar la conectividad, la integración de sistemas y la gestión de datos.
Este desafío no es solo tecnológico, sino también organizativo. Las empresas deben adoptar políticas de actualización constante, invertir en programas de formación y promover una cultura digital ética y colaborativa.
En este contexto, la formación especializada se convierte en una herramienta estratégica para proteger y potenciar a las organizaciones. Los programas de ANTPJI, por ejemplo, no solo ofrecen conocimientos técnicos actualizados, sino que también profundizan en aspectos legales, éticos y prácticos relacionados con la informática forense y la prevención de delitos digitales.
Los certificados de perito judicial informático y los cursos en ciberseguridad y ética digital son cada vez más demandados. Estos programas incluyen ejercicios prácticos, simulaciones y estudios de casos reales que ayudan a consolidar las habilidades necesarias para actuar con responsabilidad en el ecosistema digital.
La integración plena de la IA en la economía española y mundial requiere una apuesta decidida por la capacitación. Las organizaciones que lideren esta transición serán inclusivas, invirtiendo en planes de formación que involucren a todos sus empleados, independientemente de su nivel o función.
Además, es crucial fomentar alianzas entre entidades públicas, privadas y educativas para diseñar programas adaptados a las necesidades del mercado, que potencien la empleabilidad y reduzcan la brecha tecnológica y social.
La adopción masiva de la inteligencia artificial es imparable, pero solo una formación integral —técnica, ética y estratégica— garantizará que esta tecnología sea una oportunidad de crecimiento y no un riesgo de exclusión o vulnerabilidad.
Es responsabilidad de trabajadores, empresas y gobiernos construir un ecosistema donde la IA se utilice con conocimiento, ética y seguridad. Solo así lograremos un futuro digital justo, seguro y próspero para todos.
Competencias digitales: el pilar fundamental para empleos del futuro
La digitalización está reformulando la estructura del mercado laboral a una velocidad imparable. Un reciente informe destaca que para 2025, la mayoría de los puestos de trabajo requerirán no solo competencias digitales básicas como manejar software de oficina, sino también habilidades avanzadas como análisis de datos, programación, ciberseguridad y manejo ético de la IA.
Las competencias clave para las nuevas profesiones incluyen:
- Alfabetización digital: Capacidad para navegar, evaluar, y usar información digital crítica.
- Comunicación y colaboración digital: Uso de plataformas de comunicación virtual y trabajo en equipo remoto eficiente.
- Creación de contenidos digitales: Producción de materiales multimedia y gestión de plataformas digitales.
- Seguridad digital: Protección de datos personales y empresariales ante amenazas digitales.
- Adaptabilidad tecnológica: Aprender de manera continua y rápida nuevas herramientas y tecnologías emergentes.
Una encuesta realizada en España refleja que casi la mitad de las personas siente que sus habilidades digitales son insuficientes para las demandas actuales, lo que genera una sensación de vulnerabilidad y riesgo potencial ante fraudes o ataques informáticos.
Casos reales: la brecha digital y sus consecuencias
Un caso paradigmático es el incremento de estafas en el entorno laboral, donde empleados noveles en IA confunden correos legítimos con phishing sofisticado generado por IA, exponiendo datos sensibles. En otro ejemplo, empresas que no implementaron formación en protección digital sufrieron incidentes que provocaron pérdidas significativas, desde robo de propiedad intelectual hasta interrupciones operativas.
La falta de preparación también limita la capacidad para innovar. Muchos trabajadores usan herramientas como ChatGPT solo para tareas básicas, ignorando funciones avanzadas que podrían optimizar procesos y reducir errores humanos. Esto se debe a una carencia de acceso a formaciones integrales que expliquen el potencial real y las precauciones asociadas a la IA.
Recomendaciones para empresas y responsables de formación
- Diseñar programas de formación continuos y actualizados
La rápida evolución tecnológica exige planes flexibles que se adapten al entorno cambiante, con módulos prácticos, que incluyan simulaciones y casos reales. - Incluir formación en ciberseguridad y ética digital
No basta enseñar a usar la IA; los empleados deben saber los riesgos existentes y cómo actuar en situaciones de sospecha de fraude o brecha de datos. - Promover el aprendizaje colaborativo y multidisciplicar
La formación debe involucrar áreas técnicas y habilidades blandas como pensamiento crítico, liderazgo digital y adaptabilidad. - Aprovechar tecnologías de formación con IA
Plataformas adaptativas permiten personalizar el aprendizaje y asegurar un progreso real y medible. - Medir resultados e impacto en productividad y seguridad
Usar KPIs claros para evaluar la efectividad de las iniciativas y ajustarlas según feedback y evolución tecnológica.
La amenaza del cibercrimen ha crecido exponencialmente en la era de la IA, con fraudes cada vez más sofisticados y personalizados. La formación no solo debe reforzar habilidades técnicas sino concienciar a los empleados sobre los métodos empleados por atacantes, como:
- Phishing con AI: Correos o mensajes hiperrealistas que simulan comunicaciones auténticas para robar credenciales o datos.
- Deepfakes y manipulación digital: Empleos para falsificar identidades o comunicaciones descritas que pueden afectar decisión corporativa o riesgos reputacionales.
- Ataques mediante ingeniería social avanzados: Uso de IA para analizar patrones de comportamiento y personalizar ataques.
Solo un personal formado y alerta podrá detectar, reportar y mitigar estos riesgos, evitando daños económicos y legales de gran magnitud.
El papel de la ANTPJI en la educación y protección digital
La Asociación Nacional de Tasadores y Peritos Judiciales Informáticos lidera iniciativas para profesionalizar la formación en IA y ciberseguridad, ofreciendo programas certificados que cubren desde fundamentos tecnológicos hasta técnicas de investigación digital y protección ante delitos informáticos.
Recientemente, la ANTPJI ha puesto a disposición de empresas y administraciones cursos especializados que fomentan un perfil profesional integral, capaz de liderar la transformación digital de forma segura y ética. Además, promueve alianzas estratégicas con universidades y entidades tecnológicas para garantizar el acceso a capacitación de calidad a niveles masivos y personalizados.
El futuro laboral es digital y estará dominado por quienes sepan gestionar la inteligencia artificial y las amenazas que conlleva. Para no quedar rezagados, trabajadores y empresas deben apostar por una cultura de aprendizaje constante, donde la formación en IA y ciberseguridad se convierta en una prioridad estratégica.
Solo así será posible aprovechar plenamente las ventajas que la IA ofrece para mejorar la productividad, la innovación y la calidad de vida laboral, garantizando al mismo tiempo la seguridad y confianza en un entorno digital dinámico y complejo.