Arabia Saudí está rompiendo barreras y desafiando expectativas al embarcarse en un proyecto innovador y futurista: una gigantesca pista de esquí de 460 kilómetros en Neom, una ciudad en constante evolución. Este inesperado plan, que emerge en un país conocido por su clima desértico, no es solo una hazaña arquitectónica, sino también un destacado ejemplo de cómo la inteligencia artificial (IA) y la tecnología se están integrando en el tejido de nuestras sociedades y experiencias de ocio.
El príncipe heredero, Mohammed bin Salman, es la fuerza motriz detrás de este ambicioso proyecto, que lleva el nombre de Trojena. Dotado con un presupuesto de 500.000 millones de euros, se espera que Trojena, con su combinación de paisajes naturales y elementos tecnológicos de vanguardia, se convierta en un destino icónico para el esquí a nivel global. Este proyecto tiene una fecha de finalización prevista para 2026.
Lo que hace que Trojena sea verdaderamente revolucionario es su compromiso con la integración de la IA y otras tecnologías avanzadas en su diseño y funcionamiento. Este complejo de esquí se extiende por 26,5 kilómetros cuadrados, con altitudes entre 1.500 y 2.600 metros. La IA se utilizará para mejorar la experiencia del visitante, desde personalizar las experiencias de esquí hasta facilitar servicios a medida y experiencias interactivas.
El lugar constará de seis distritos, cada uno ofreciendo una variedad de actividades. Pero lo más interesante es la intención de fusionar técnicas arquitectónicas tradicionales con el mundo virtual, mediante el uso de IA y realidad aumentada. La inclusión de la inteligencia artificial en toda la ciudad hace de Neom un ejemplo emocionante del potencial de la IA para transformar espacios urbanos y la experiencia humana.
Además de ser una atracción para los amantes del esquí, el príncipe Mohammed bin Salman tiene la visión de que Trojena ofrezca oportunidades de empleo y de vivienda permanente, con planes de construir un gran número de viviendas, villas y hoteles en los alrededores. El objetivo es convertirlo en un lugar donde las personas puedan vivir y trabajar, beneficiándose de las comodidades proporcionadas por las últimas innovaciones tecnológicas y de inteligencia artificial.
Con su compromiso de minimizar el impacto ambiental y respetar el ciclo natural, Trojena es un ejemplo estimulante de cómo la tecnología y la IA pueden coexistir con la sostenibilidad, y podría servir como un modelo para futuros desarrollos urbanos y proyectos de ocio.
