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Sábado, Madrid. Llevaba una semana en la que hasta el microondas me ignoraba. Decidí salir de casa para despejarme, y terminé en Callao, esa plaza que parece que alguien dejó en “modo difícil” con tanto turista, gente en cosplay y luces que hacen que tu cerebro diga: “Se viene algo grande”.
Fue ahí, entre un aroma a gofre industrial y una manifestación improvisada de fans del K-Pop, que vi el cartel:
OXO Museo del Videojuego. Pasado. Presente. Futuro.
Entré. Sin saber que iba a encontrarme con mi infancia, mi presente multitarea y… mi futuro, lleno de bits.
🚀 FASE 1: BIENVENIDO AL MODO INMERSIVO
Todo comienza con una sala inmersiva 3D. Me senté en una especie de cubo interestelar, se apagaron las luces, y de pronto: ¡Pum! Me veo dentro de un videojuego, literalmente. Como si alguien hubiese lanzado mi mente a un mundo pixelado donde las emociones eran el nuevo joystick.
Imágenes flotaban, sonidos envolvían, y una voz en off decía:
— “Bienvenido a OXO. Aquí se juega la historia.”
Literalmente empecé a sonreír. Primer logro desbloqueado: Emoción nostálgica activada.
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🕹️ FASE 2: DE DONKEY KONG A LA REALIDAD VIRTUAL (con lagrimitas incluidas)
OXO no es un museo. Es un viaje emocional con textura de joystick. Está dividido en tres plantas, como si alguien hubiese organizado mi vida gamer por niveles:
- Nivel 1 – El Pasado: Aquí vi mi infancia en vitrinas (pero sin cristal). Consolas Atari, máquinas arcade que olían a recreativos y una NES original que me hizo abrazar a un desconocido. Pude jugar a Pac-Man, y os juro que por unos minutos se me olvidó pagar la hipoteca.
- Nivel 2 – El Presente: PlayStations, Xboxes, realidad virtual y hasta una demo de Beat Saber que casi me cuesta el hombro, pero valió cada movimiento. Me puse unas gafas VR, y durante 10 minutos fui un Jedi techno-rítmico.
- Nivel 3 – El Futuro: ¡La IA llegó al museo antes que a mi vida laboral! El mural de bienvenida fue diseñado con Inteligencia Artificial, y hay zonas donde el contenido se adapta a tu edad o idioma. Me sentí dentro de una película de ciencia ficción… educativa.
💡 MODO STEAM ACTIVADO: CIENCIA, TECNOLOGÍA Y EMOCIÓN
Lo mejor de OXO es que no es solo jugar por jugar. Está diseñado con mentalidad STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas), y eso se nota.
Aprendí:
- Que programar un videojuego es más difícil que aprender sueco con acento de Wisconsin.
- Que la evolución del pixel tiene más historia que algunos países.
- Que una buena interfaz puede provocar alegría, frustración… o un grito de guerra en Mario Kart.
🧠 JUEGO Y APRENDIZAJE: APRETAR BOTONES QUE ENSEÑAN
En casi todas las estaciones, puedes interactuar con consolas reales. No es solo mirar. ¡Es jugar! Jugué con una Game Boy que tenía más años que algunos influencers y me emocioné cuando encontré Street Fighter II… y perdí como cuando tenía ocho.
Pero también me encontré con chavales que nunca habían tocado una consola sin pantalla táctil y alucinaban con el Sonic original. Uno dijo:
— “¡Esto tiene flow vintage!”
Sí, pequeño gamer, y tú tienes futuro si sigues así.
🎨 EXHIBICIONES TEMPORALES: PLAYSTATION, TE AMO
Cuando visité, tenían una muestra especial:
«30 años de PlayStation»
Spoiler: lloré.
Ahí estaba la PS1, con ese zumbido inicial que es más emocionante que una declaración de amor. Vi mi adolescencia encapsulada en polígonos y carátulas. Jugué al primer Tekken y descubrí que sigo siendo igual de malo.
🎧 DISEÑO PARA TODOS: ACCESIBLE Y CONSIDERADO
Si sufres de saturación sensorial, puedes llevar auriculares con cancelación de ruido. Cada planta tiene ascensor, rampas, buena señalización. Aquí, todo el mundo puede disfrutar, desde un niño de cinco años hasta un fan de Metal Gear de 70.
OXO no es solo un museo. Es inclusión con gráficos en alta definición.
TALLERES Y ACTIVIDADES: APRENDER SIN PANTALLA AZUL
OXO no se queda en el “mira y toca”. Ofrecen talleres de programación, diseño 3D y arte digital, ideales para esos chavales que quieren crear juegos, no solo jugarlos.
También hay encuentros con desarrolladores. Imagina que vas a un museo y de repente te encuentras charlando con alguien que diseñó el juego que te cambió la vida. Pues eso puede pasar aquí.
📷 TIENES QUE HACERTE UNA FOTO AQUÍ
Las paredes están llenas de murales, frases míticas del mundo gamer (“¡It’s dangerous to go alone, take this!”) y zonas interactivas para selfies que harían llorar de envidia al Instagram de Mario Bros.
💾 SALÍ DISTINTO (Y NO FUE POR EL CABLE HDMI)
Salí de OXO Museo con la sensación de haber viajado en una máquina del tiempo diseñada por geeks con corazón. Me reí, recordé, aprendí, me emocioné, y sí… me compré un llavero de Zelda en la tienda del museo.
Este no es un museo para “frikis”. Es un templo para todo el que alguna vez ha sonreído frente a una pantalla. Un lugar donde el juego no es una evasión, sino una forma de entender el mundo, de emocionarse, de conectar.
🎮 GUÍA RÁPIDA PARA FUTUROS VISITANTES
📍 Dónde: C/ Gran Vía, junto a Plaza Callao
🕐 Duración ideal: 2 horas (mínimo)
🎟️ Entradas: Online o en taquilla – ¡Reserva si puedes!
♿ Accesible: 100%
👨👩👧👦 Para quién: Para niños, abuelos, gamers, profesores, curiosos, y gente con ganas de sonreír con un joystick
🎧 Tip: Lleva cascos si eres sensible al sonido
📱 Obligatorio: Cargar el móvil para las fotos y la nostalgia
🛒 Tienda: Llaveros, tazas, libros, camisetas… cuidado, es peligrosa (para la cartera)
FINAL BOSS: ¿VALE LA PENA?
Sí.
Sí.
Mil veces sí.
OXO Museo Madrid es una experiencia multisensorial, educativa, divertida y profundamente humana. Porque detrás de cada píxel, de cada consola, hay historias. Y al salir, la historia que llevas eres tú, con más felicidad, más nostalgia… y con ganas de volver a jugar.
