El Ateneo de Madrid se convirtió este miércoles en el escenario de un homenaje sin precedentes a Mario Vargas Llosa, el Nobel de Literatura recientemente fallecido, cuya vida y obra han dejado una huella imborrable en la política, la literatura y la defensa de la libertad en el mundo hispano. Ocho exjefes de Estado y de Gobierno de España y América Latina se reunieron para presentar el libro El polemista arriesgado , una recopilación de artículos de catorce líderes políticos que exploran el talante, el compromiso y el legado intelectual del autor peruano-español.
El acto, cargado de emoción y reconocimiento, sirvió para recordar a Vargas Llosa no solo como un gigante de las letras, sino como un referente moral y político en tiempos de incertidumbre y desafíos democráticos.
Un tributo de líderes a un referente universal.
La presencia de figuras como José María Aznar y Mariano Rajoy (expresidentes del Gobierno de España), junto a Felipe Calderón (México), Laura Chinchilla (Costa Rica), Iván Duque (Colombia), Mauricio Macri (Argentina), Jamil Mahuad (Ecuador) y Jorge Tuto Quiroga (Bolivia), subrayó la dimensión internacional del homenaje. Todos ellos, como destacó Álvaro Vargas Llosa —hijo del escritor y editor del libro—, “respetaron la institución de la presidencia durante sus mandatos”, un valor que demostró esencial y no siempre garantizado en la política actual.
El libro El polemista arriesgado , publicado por Debate, reúne catorce ensayos de líderes españoles y latinoamericanos que han compartido con Vargas Llosa su defensa de la democracia, la libertad y la convivencia. La obra es, en palabras de sus autores, un testimonio colectivo del impacto que el escritor ejerció más allá de la literatura, como intelectual comprometido y voz crítica ante los abusos del poder.
Aznar y Rajoy: Vargas Llosa, la voz de la libertad en España
José María Aznar, expresidente del Gobierno español, evocó la figura de Vargas Llosa en los momentos más graves de la reciente historia de España, especialmente durante el “golpe de Estado de Cataluña”. Aznar subrayó el compromiso del escritor con la convivencia, la libertad y la democracia: «Como compatriota solo puedo sentir orgullo. Vargas Llosa estuvo siempre del lado de la España constitucional, de la defensa de los valores democráticos y de la unidad nacional».
Por su parte, Mariano Rajoy, también expresidente y firmante del libro, destacó la independencia de criterio del Nobel: «No era hombre de ningún partido. Algunas de las cosas que hice yo no le parecieron bien. Pero cuando estuvimos a punto de ser intervenidos, en 2012 y 2013, fue la persona más ilustre que salió a defensora al Gobierno. Siempre defendió la libertad, incluso cuando no coincidía con quienes gobernaban».
Un cartógrafo del poder: la visión latinoamericana
La dimensión latinoamericana del homenaje quedó patente en las palabras de Iván Duque, expresidente de Colombia, quien definió a Vargas Llosa como “un cartógrafo del poder”. Para Duque, la literatura del Nobel peruano “lograba denunciar los abusos del poder y promover los ideales que él abrazaba: la libertad y la democracia”.
Laura Chinchilla, expresidenta de Costa Rica, confesó que Vargas Llosa fue una inspiración para su carrera política: «De sus advertencias aprendimos muchas lecciones. Su obra nos enseñó a mirar el poder con escepticismo ya defender la democracia como un bien precioso».
Felipe Calderón, expresidente de México, recordó la valentía de Vargas Llosa al “bajar a la arena” y presentarse a la presidencia de Perú, aunque finalmente no lograra el cargo: “No solo fue un intelectual comprometido, sino también un hombre valiente, dispuesto a arriesgarlo todo por sus convicciones”.
Mauricio Macri (Argentina), Jamil Mahuad (Ecuador) y Jorge Tuto Quiroga (Bolivia) completaron el panel de expresidentes presentes, todos ellos unidos por el respeto y la admiración hacia el legado de Vargas Llosa.
El homenaje no solo fue un repaso a la trayectoria literaria del Nobel, sino un reconocimiento a su papel como referente moral en la defensa de la democracia y la libertad frente a los populismos y autoritarismos. Vargas Llosa, como subrayaron los participantes, fue un intelectual incómodo para el poder, un polemista arriesgado que nunca dudó en alzar la voz ante la injusticia.
Álvaro Vargas Llosa, en su intervención, recordó que la defensa de la presidencia como institución democrática fue una constante en la vida de su padre: «Debería ser una obviedad, pero todos sabemos que no es así. Mi padre siempre defendió la legitimidad de las instituciones y la necesidad de preservar la democracia frente a cualquier amenaza».
La líder opositora venezolana María Corina Machado, a través de un mensaje en vídeo, prometió que su país será “muy pronto un faro de libertad”, evocando el espíritu de lucha y esperanza que encarnó a Vargas Llosa a lo largo de su vida.
El acto concluyó con un sentido aplauso y la certeza de que el legado de Mario Vargas Llosa seguirá vivo en las nuevas generaciones de líderes, escritores y ciudadanos comprometidos con la libertad y la democracia.
Mario Vargas Llosa: una vida de novela, un “polemista arriesgado” que nunca dejó de luchar
Nacido en Arequipa, Perú, en 1936, Mario Vargas Llosa fue uno de los grandes narradores del siglo XX y XXI. Su obra, traducida a decenas de idiomas, abarca novelas, ensayos, teatro y periodismo. Fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 2010, además de numerosos reconocimientos internacionales.
Pero más allá de los premios, Vargas Llosa fue un intelectual comprometido con su tiempo, un defensor incansable de la libertad individual, la democracia y el Estado de derecho. Su incursión en la política, su activismo y su capacidad para generar debate lo convirtieron en un referente imprescindible para entender la historia reciente de Iberoamérica y España.
El libro presentado en el Ateneo de Madrid es, en sí mismo, un homenaje coral a la figura de un hombre que nunca rehuyó la polémica ni el debate. “El polemista arriesgado” es un título que resume la esencia de Vargas Llosa: un escritor que no temió enfrentarse al poder, un ciudadano que defendió sus ideas hasta las últimas consecuencias, y un humanista que creyó siempre en la fuerza de la palabra para cambiar el mundo.
El tributo de ocho expresidentes y líderes políticos de ambos lados del Atlántico es la mejor prueba de la vigencia y el impacto de su legado. Como “cartógrafo del poder”, Vargas Llosa nos enseñó a mirar la realidad con espíritu crítico, a no conformarnos con las verdades oficiales ya defender, por encima de todo, la libertad.
El homenaje a Mario Vargas Llosa en el Ateneo de Madrid no solo fue un acto de recuerdo, sino una llamada a mantener viva la llama de la democracia y la libertad, valores que el Nobel peruano-español defendió con pasión hasta el final de sus días.
