La Semana Europea de la Movilidad 2025 se convierte en el telón de fondo para el estreno de una de las apuestas más atrevidas de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) y el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG): un bus 100% eléctrico, completamente autónomo y fabricado en España, que desde este lunes y hasta el 24 de octubre recorre en modo piloto un trayecto circular de 1,8 km por la Casa de Campo. El servicio, gratuito y accesible, ofrece seis paradas y capacidad para hasta 12 ocupantes, en horario de 12:00 a 17:00 horas, lunes a viernes.
Una experiencia que marca la agenda europea
El delegado Borja Carabante, durante la inauguración, subrayó la relevancia del proyecto: Madrid entra en la liga internacional de la movilidad autónoma, siguiendo la senda de París, Hamburgo o Tallin. La iniciativa, encuadrada en el lema “Movilidad para todos” de la SEM 2025, busca no solo convencer a los más escépticos, sino probar la madurez técnica y social de un modelo de transporte que hasta hace poco parecía evasivo, propio de novelas o películas futuristas.
El bus del futuro: sensores, datos y autonomía de nivel 4
El vehículo incorpora los últimos desarrollos en automatización (nivel 4) y conectividad: dotado de cámaras, sensores LiDAR, GPS diferencial y pantallas inteligentes, es capaz de interpretar en tiempo real la velocidad, aceleración, trayectoria, estado de las puertas, rampas de accesibilidad y hasta el entorno de peatones y ciclistas. El sistema procesa la información y toma decisiones autónomas de frenado, giro y aceleración, relegando a una figura humana supervisora solo para casos excepcionales.
La velocidad máxima para esta primera fase se sitúa en 15 km/h, permitiendo un viaje cómodo y seguro, aunque el vehículo está diseñado para llegar hasta los 40 km/h en contextos controlados. El mapeo digital de altísima precisión facilita el reconocimiento de semáforos y obstáculos, garantizando la circulación por una vía diseñada para evitar incidencias.
Innovación… y nuevos desafíos de seguridad
La crónica tecnológica es, sin duda, encomiable. EMT Madrid y CTAG consolidan una colaboración iniciada en 2022, demostrando cómo la industria nacional se posiciona en la vanguardia de vehículos conectados y sostenibles. Pero, para cualquier periodista especializado en ciberseguridad, el estreno plantea interrogantes críticos.
La superficie de ataque digital crece exponencialmente:
- Cada sensor y sistema de comunicación usado por el bus es potencialmente vulnerable. Redes inalámbricas mal aseguradas, sistemas de control remoto, inteligencia embarcada y hasta la gestión de información a través de pantallas públicas se convierten en posibles vectores para exploits o accesos no autorizados.
- El mapeo y el procesamiento de trayectorias, claves para la autonomía, generan datos sensibles. ¿Cómo se almacenan y protegen esos datos? ¿Quién controla el flujo de telemetría y cuál es el protocolo de respuesta ante un intento de intrusión?
- La experiencia europea (y mundial) demuestra que cuanto más autónomo, conectado y público es un sistema, mayor es el atractivo para quienes buscan sabotear, manipular o robar información. En Tallin, París y Londres, bus autónomos y semáforos inteligentes han sido diana de pruebas de hacking ético…y de ataques reales.
Riesgo físico y humano:
- La ausencia de conductor no elimina el factor humano, solo lo transforma. La seguridad física depende del buen funcionamiento de sensores; cualquier falso positivo, ceguera temporal o error de mapeo podría poner en peligro a peatones y usuarios.
- Sólo una vía perfectamente despejada garantiza el servicio: obstáculos, vehículos mal aparcados o incidencias externas pueden comprometer la ruta y precisar intervención manual.
Desafíos regulatorios y sociales:
- En España, la circulación regular de buses autónomos exige adaptar legislación y asegurar garantías para usuarios y terceros implicados. ¿Está Madrid preparada para escalar el piloto a zonas con tráfico mixto, mayor velocidad y complejidad urbana?
- La confianza social en sistemas autónomos sigue siendo un reto: ¿Cómo se garantiza la accesibilidad para usuarios vulnerables y la transparencia en el tratamiento de sus datos?
Perspectiva: ¿Transformación real o simple escaparate?
La Casa de Campo se convierte este mes en laboratorio y escaparate de las promesas —y también los riesgos— de la movilidad autónoma. EMT Madrid, al ofrecer el servicio gratuito y abierto, invita a ciudadanos y medios a participar en un experimento que podría marcar el devenir de la movilidad urbana nacional.
Pero para que la revolución no se quede solo en marketing y foto institucional, será imprescindible reforzar la protección digital, desplegar auditorías permanentes, sistemas de respuesta a incidentes y, por encima de todo, informar y educar a la ciudadanía. Cada avance tecnológico exige anticipar el ataque, proteger la infraestructura y, sobre todo, pensar en cómo lo digital puede ser inclusivo y resiliente.
El bus autónomo de EMT Madrid es un paso firme, pero la pregunta esencial persiste: ¿estamos preparados para un futuro sin conductor, pero con docenas de actores invisibles detrás de cada sensor y cada dato? Porque la movilidad inteligente será, al final, tan segura y confiable como lo sean sus propias defensas digitales.
TecFuturo seguirá monitorizando la evolución del piloto y alertará de las novedades en protocolos, ciberseguridad y aceptación social.
¿La movilidad autónoma será la esperanza del urbanismo o el próximo campo de batalla digital? El debate arranca hoy en Madrid.


