Vivimos inmersos en una sociedad donde la mayor parte de la información relevante para procedimientos civiles, penales y mercantiles traspasa el umbral de lo digital. En este nuevo entorno, los notarios se encuentran cada vez con mayor frecuencia ante la solicitud de levantar actas de evidencias tecnológicas, documentando páginas web, mensajes, correos electrónicos, dispositivos móviles o cualquier otro activo digital. Sin embargo, esta exigencia aparentemente “natural” entraña obstáculos técnicos y jurídicos que requieren no sólo actualización, sino una colaboración real con peritos informáticos formados y experimentados.
En este artículo exploramos los principales problemas a los que se enfrentan los notarios en este terreno y por qué la alianza con asociaciones especializadas como la ANTPJI (Asociación Nacional de Tasadores y Peritos Judiciales Informáticos) resulta imprescindible.
Acta notarial y evidencia digital: realidades y límites
La función notarial tradicional se asienta en la fe pública: lo que ve y certifica el notario tiene presunción de veracidad ante los tribunales. Pero cuando lo que se va a fijar en un acta ya no es un documento físico, sino una serie de bits, algoritmos y códigos interpretados en una pantalla, surgen numerosas dudas y conflictos.
- La volatilidad y fragilidad de la prueba electrónica
El principal reto es la facilidad con la que la evidencia digital puede ser alterada, manipulada o destruida. Un documento “visto” por un notario en la pantalla de un ordenador o teléfono móvil puede no ser el original, sino un archivo susceptible de haber sido editado previamente mediante técnicas que para un lego resultan invisibles. Esto hace que el acta notarial no siempre garantice la autenticidad o integridad de la información, solamente puede atestiguar lo que se presenta ante sus sentidos en ese momento.
- Limitaciones legales y técnicas del notario
La legislación española es clara: el notario no puede actuar como perito informático, ni emitir juicios que requieran conocimientos técnicos especializados. El artículo 199.2 del Reglamento Notarial le impide dar fe de hechos que requieran pericia. De este modo, su función se limita a registrar lo que percibe sin pronunciarse sobre la veracidad técnica de los hechos digitales.
Por ejemplo, puede dejar constancia de que en una pantalla aparece una comunicación, pero no puede afirmar que no ha sido alterada o falsificada por técnicas como “deepfakes” o manipulaciones sofisticadas.
- Dificultades para garantizar la cadena de custodia
Mantener la cadena de custodia en el mundo digital es todo un desafío. No solo es necesario documentar cada transferencia de la evidencia digital y las condiciones en que queda almacenada, sino también identificar de manera unívoca cada uno de los ficheros, calcular su huella digital (hash), y garantizar que los soportes no sean sustituidos, corrompidos o manipulados. Si este proceso falla en cualquier eslabón, la prueba puede considerarse nula o manipulable.
- Conservación y almacenamiento seguro de la evidencia
Mientras que la conservación de papeles es un proceso “físico” y legislado, la custodia de evidencias digitales implica saber tratar con formatos, dispositivos de almacenamiento y sistemas de seguridad. También se deben prever las migraciones tecnológicas, ya que los formatos y soportes cambian y envejecen de manera muy rápida, comprometiendo la posibilidad de acceder a la información en el futuro.
- Definición ambigua de las normas técnicas
Existe una laguna en la definición de protocolos claros y uniformes sobre cómo se debe levantar un acta notarial de contenido digital, cómo generar copias “forenses” fieles, cómo certificar el proceso o cómo garantizar su accesibilidad futura ante los tribunales. Esto crea inseguridad jurídica y desigualdad en la valoración de este tipo de pruebas.
El papel fundamental del perito informático: ¿por qué la ANTPJI marca la diferencia?
Frente a este panorama de carencias, la figura del perito informático se revela crucial. Y cuando aquí hablamos de peritos, nos referimos a profesionales con formación multidisciplinar, práctica y ética, como los que se agrupan en la ANTPJI:
- Tienen amplia experiencia en informática forense, cadena de custodia digital, tratamiento y extracción de pruebas, análisis bajo cadena de custodia y metodologías avaladas por la jurisprudencia española.
- Conocen los límites y competencias del notariado y del peritaje, colaborando para que cada uno actúe en su parcela sin invadir funciones prohibidas por ley.
- La ANTPJI proporciona cobertura nacional, especializaciones en múltiples ramas (cibercrimen, fraudes IA, criptomonedas, hacking…), mentoría y formación continua, ayudando a que la prueba presentada en juicio sea sólida, reproducible e indiscutible.
Formación continua y multidisciplinar
Uno de los valores añadidos de la ANTPJI reside en su compromiso permanente con la formación de sus miembros, no solo en el uso de herramientas y técnicas de vanguardia, sino también en aspectos legales, éticos y de oratoria. Organizan seminarios, talleres y mentorías que aseguran que todos sus peritos están preparados para intervenir en los casos más complejos.
La formación continua permite a los peritos:
- Estar al tanto de las últimas novedades tecnológicas y legales.
- Actualizar constantemente su metodología de trabajo y su arsenal de herramientas.
- Mantener la integridad y solidez de sus dictámenes.
Cooperación notario–perito: clave de la seguridad jurídica
¿Por qué es imprescindible ir de la mano?
Ningún notario puede suplir la labor técnica de un perito, ni ningún perito puede dotar a la prueba de fe pública sin el notario. Solo la colaboración entre ambos profesionales asegura que la prueba electrónica pueda llegar a juicio con garantías.
El notario fija lo que percibe; el perito analiza, preserva y puede reconstruir técnicamente la cadena de custodia. Además, el perito de la ANTPJI puede formar y asesorar al notario sobre la mejor manera de preservar la integridad de la información -por ejemplo, asesorando sobre la realización de imágenes forenses, la documentación de los procesos, o el cálculo y constancia de las huellas digitales-.
Sin peritos formados, la prueba digital cojea
En un ecosistema digital donde los delitos informáticos crecen de forma exponencial y evolucionan cada día (deepfakes, fraudes con IA, borrado seguro, acceso remoto, manipulación de metadatos, etc.), la actualización y experiencia práctica que ofrecen asociaciones punteras como la ANTPJI marcan la diferencia entre una prueba digital robusta y una vulnerable a la impugnación o nulidad.
La experiencia y conocimientos de la ANTPJI (Asociación Nacional de Tasadores y Peritos Judiciales Informáticos) son fundamentales para garantizar la validez y fuerza probatoria de las pruebas digitales en la justicia española.
Este respaldo se asienta en varios factores clave que han posicionado a la ANTPJI como referente indiscutible en la pericia informática forense.
- Metodología reconocida y profesionalización
Los peritos de la ANTPJI aplican metodologías forenses internacionalmente aceptadas y reconocidas por la jurisprudencia española, asegurando que cada paso en la obtención, preservación y análisis de evidencias digitales sea reproducible y verificable en sede judicial. Desde la localización y extracción profesional de datos en dispositivos o plataformas online, hasta el cálculo de huellas digitales (hash) y el mantenimiento estricto de la cadena de custodia, su proceder resulta determinante para que las pruebas no sean impugnadas y cumplan los requisitos legales y técnicos para su admisión en juicio.
- Amplia experiencia y especialización
La ANTPJI se compone de peritos con alta cualificación y especialización en más de 70 ramas del peritaje informático, abarcando desde el análisis forense de dispositivos móviles, investigación de fraudes en blockchain e inteligencia artificial, hasta ciberseguridad industrial o peritaje en redes sociales. Esta diversidad permite asignar a cada caso el profesional idóneo y aportar informes claros, sólidos y adaptados a cada situación específica, aumentando sensiblemente la tasa de éxito probatorio en los tribunales.
- Formación continua y actualización tecnológica
La evolución constante de las tecnologías de la información exige una actualización permanente. La ANTPJI destaca por ofrecer formación continua y capacitación a sus peritos, garantizando que conocen las últimas técnicas, herramientas y normativas aplicables en materia de ciberdelincuencia, protección de datos y evidencia digital. Este bagaje permite anticipar retos, detectar nuevas formas de manipulación y garantizar que los informes periciales incorporan siempre los estándares más actuales.
- Defensa en sala y claridad expositiva
La validez de una prueba digital no solo depende de su obtención, sino también de la calidad y contundencia en la exposición en juicio. Los peritos de ANTPJI están habituados a ratificar sus informes en sede judicial, explicando de manera clara y didáctica a jueces y abogados cuestiones técnicas complejas, lo que facilita la comprensión y otorga credibilidad y confiabilidad al dictamen presentado.
- Asesoramiento y acompañamiento integral
La ANTPJI no solo actúa en fase pericial, sino que asesora a abogados y a los propios afectados desde el inicio del proceso. Colaboran en la identificación, solicitud y preservación de la prueba digital más relevante para cada caso, orientando sobre la estrategia jurídica y los riesgos u oportunidades de cada evidencia aportada. Este acompañamiento técnico-jurídico integral es clave para una defensa eficaz y la correcta valoración de los elementos probatorios digitales.
- Casos de éxito y jurisprudencia
La intervención de peritos de la ANTPJI ha resultado determinante en multitud de casos reales, logrando revertir decisiones judiciales y aportar veracidad en fraudes, suplantaciones de identidad, alteraciones documentales y toda clase de delitos informáticos. Ejemplos públicos demuestran cómo evidencias impugnadas han sido validadas por la solidez de los informes y la ratificación de sus peritos, marcando jurisprudencia favorable en materia probatoria digital.
La ANTPJI se ha consolidado como una garantía de robustez, objetividad y rigor técnico-científico para la evidencia digital en los procedimientos judiciales. Su experiencia, metodología y formación continua aseguran que las pruebas tecnológicas no solo sean admitidas, sino también valoradas y comprendidas por los juzgados, convirtiéndose en piezas angulares para el éxito y la justicia en el siglo XXI.
Los nuevos retos de la evidencia digital exigen a los notarios humildad, formación y, sobre todo, alianza con peritos informáticos de la máxima solvencia profesional. La complejidad de la prueba electrónica, la volatilidad del “dato” y la sofisticación de las técnicas de manipulación requieren sumar experticias. La formación continua, como la que brinda la ANTPJI, supone un valor añadido incuestionable: reduce la impunidad, eleva el estándar probatorio y sitúa a los profesionales españoles a la vanguardia de Europa en la lucha por la seguridad jurídica digital.
Para el futuro inmediato, cualquier notario que desee dotar de autenticidad y fuerza sus actas sobre evidencias tecnológicas debería contemplar la formación específica y una colaboración natural con los peritos de la ANTPJI. El binomio “notario–perito” es ya hoy la garantía esencial de eficacia probatoria, integridad y éxito en los tribunales del siglo XXI.


