Si algo tiene Madrid en agosto es que o la amas… o te escapas. Pero, si como yo decides quedarte en la ciudad, te tengo una buena noticia: aún con medio mundo de vacaciones y el sol apretando sin vergüenza, Madrid está más viva que nunca. Solo hay que saber mirar. Porque sí, el calor existe, los 40 grados también, pero lo compensa el hecho de que no hay tráfico, hay sitio en todas partes y, lo más importante… hay planes. Muchos. Y para todos los bolsillos, incluso para el mío, que en agosto suele llorar más que alegrarse.
Así que preparé esta lista con opciones reales (nada de promesas imposibles), con cosas que yo misma he probado o tengo en la lista para este mes. Porque disfrutar del verano no tiene por qué costar una fortuna. Aquí van mis planes favoritos para sobrevivir —y disfrutar— Madrid en agosto, sin gastar más de 20 euros.
Empecemos con lo obvio: los clásicos gratuitos. Madrid tiene parques, plazas y rincones que parecen diseñados para cuando no tienes ni ganas de pagar ni de complicarte. Uno de mis favoritos es el Jardín del Capricho, en la Alameda de Osuna. Está abierto los fines de semana y aunque no es el sitio más conocido, caminar entre sus fuentes, estanques y árboles centenarios es una forma excelente de olvidarte del asfalto. Lleva un libro, una toalla para el césped, agua bien fría y tendrás un día de picnic deluxe por cero euros.
Si prefieres algo con vistas, sube al Templo de Debod al atardecer. Gratis y mágico. En serio. Si puedes ignorar las fotos con filtro y los trípodes ajenos, ver cómo el cielo se tiñe de naranja sobre los reflejos del estanque es una experiencia tan sencilla como especial.
Otro plan que no falla son los cines de verano. Uno de mis favoritos es el Cibeles de Cine, en la Galería de Cristal del Palacio de Cibeles. Ver pelis clásicas o de estreno en ese espacio monumental tiene algo de ritual urbano. La entrada cuesta 7,50 € si la compras online, y puedes llevar tus propias palomitas si eres de los míos. Otro cine más íntimo es el Autocine Madrid Fever, que tiene día especial los miércoles con entrada por menos de 10 euros si vas en moto o sin coche, más foodtrucks y música retro. Un combo irresistible.
Ahora, si lo tuyo es la música, en agosto aún quedan fechas del ciclo Veranos de la Villa, y no me canso de recomendarlos. Hay conciertos, teatro, danza y propuestas experimentales, muchas de ellas gratuitas o por menos de 5 euros. He descubierto auténticas joyas en este festival: desde recitales al aire libre hasta performances en centros culturales que te hacen replantearte la vida (o al menos salir del piloto automático).
Para quienes prefieren plan cultural pero con aire acondicionado, los museos también se apuntan al low cost. El Museo del Prado tiene entrada gratuita las dos últimas horas del día, de lunes a sábado de 18 a 20 h y domingos de 17 a 19 h. Yo recomiendo entrar a esa hora con calma, elegir dos o tres salas (no intentes abarcar todo, no somos Velázquez) y quedarte con ganas de más. También el Museo Reina Sofía y el Thyssen ofrecen horarios gratuitos. Solo hay que consultar bien los días y llegar con paciencia.
Y si hablamos de museos, no puedo dejar de mencionar uno que me fascinó hace poco: el Museo Banksy, en la calle Atocha. Sí, sé que no es gratuito, pero la entrada general cuesta menos de 15 euros, y te aseguro que vale cada céntimo. Reúne más de 100 obras del artista británico y está montado como una exposición inmersiva. Es como entrar en la cabeza de un grafitero anónimo con conciencia social y sentido del humor corrosivo. Ideal si te gusta el arte urbano, la ironía y salir con más preguntas que respuestas. Además, es una forma de meter cultura general en tu verano sin que parezca tarea escolar.
¿Prefieres plan gastronómico pero con presupuesto? Tengo tres palabras mágicas: menú del día bueno. Aunque en agosto muchos cierran, aún quedan sitios que ofrecen calidad sin que te de un infarto en la cuenta. Uno que me encanta es Leaves Restaurant, donde por 17 euros puedes comer a gusto, bien servido y con menú que cambia cada semana. Pero si quieres algo más informal, en La Musa Latina o Toma Café, puedes comer rico, con terraza y ambiente, sin pasar de los 12–15 euros. Un gazpacho bien hecho y una tosta con aguacate son planes que valen tanto como una escapada a la costa.
Para los amantes del arte que quieren algo diferente, recomiendo mucho el Espacio Fundación Telefónica, en plena Gran Vía. Las exposiciones son siempre gratuitas, el edificio es precioso por dentro y suelen tener instalaciones tecnológicas y propuestas visuales muy originales. Perfecto para un día de calor extremo, porque además tienen aire acondicionado nivel Polo Norte.
Y hablando de escapar del calor… ¿y si nos damos un chapuzón? Las piscinas municipales son un clásico veraniego que nunca falla. La de Casa de Campo, por ejemplo, es gigante, está bien conectada y por 5 euros o menos, puedes pasar el día entre remojones, tumbona y siesta. Lleva protector solar, agua, y sí, probablemente sandía. Porque si hay algo que une a Madrid en verano es la sandía cortada en tupper.
Otro plan que me encanta y que muchos no conocen son los talleres y actividades gratuitas que se ofrecen en centros culturales. Por ejemplo, el Matadero Madrid tiene programación especial de verano con talleres de escritura, cine, instalaciones y hasta sesiones de yoga al aire libre. Y sí, todo gratuito. Lo mejor es revisar su web cada semana y apuntarse rápido porque los cupos vuelan.
Ahora bien, si un día decides estirar un poco más el presupuesto —pongamos que tienes 20 euros exactos en el bolsillo— mi recomendación personal es hacer una ruta de terrazas con vistas. No, no todas son caras. Por ejemplo, en la Azotea del Círculo de Bellas Artes, puedes pagar unos 5 euros para subir (con consumición mínima) y tomar algo con una de las vistas más icónicas de Madrid. Con suerte y una copa de vino, tienes puesta de sol, buena charla y sensación de “esto es vida”.
Y no, no me he olvidado de los amantes del movimiento. Si eres de los que sudan por gusto (benditos seáis), las rutas en bici o en patinete por Madrid Río son un plan ideal. Puedes alquilar por horas y recorrer desde el Matadero hasta el Puente de Toledo o el Lago de la Casa de Campo. Por menos de 10 euros, haces deporte, conoces la ciudad desde otro ángulo y terminas con excusa perfecta para una caña bien fría.
Y si eres de los que miran al cielo más allá de los fuegos artificiales, te tengo un plan celestial —literalmente. Entre el 12 y 13 de agosto, las Perseidas (la famosa lluvia de estrellas de verano) alcanzarán su punto máximo. Es uno de esos espectáculos naturales que no requieren entrada ni butaca, solo un poco de paciencia y el lugar adecuado. Eso sí, en Madrid capital la contaminación lumínica puede jugarte una mala pasada, así que lo ideal es alejarse un poco. Sitios como el embalse de El Atazar, la Sierra Norte o incluso zonas más tranquilas de la Casa de Campo pueden ofrecer mejores condiciones para verlas. Lleva una manta, algo para picar y prepárate para pedir deseos como si no hubiera un mañana. Porque ver una estrella fugaz en agosto, en plena ciudad, tiene un gustito especial a milagro urbano.
En resumen: Madrid en agosto puede ser tan aburrido o tan vibrante como tú decidas. No necesitas una cuenta bancaria infinita ni tener un grupo de WhatsApp con 14 planes por día. Basta con curiosidad, agua fresca en la mochila y una lista como esta para improvisar. Porque entre museos con aire, brunches inesperados, conciertos gratis, arte urbano, terrazas con vistas y cine bajo las estrellas… Madrid sigue siendo Madrid, incluso en agosto.
Y si después de todo esto decides que el verano no está tan mal en la ciudad, bienvenida al club de los que se quedan por gusto y no por obligación.