¿Qué es la sextorsión? La sextorsión, también conocida como extorsión sexual, es una forma de violencia digital cada vez más frecuente, en la que una persona es chantajeada mediante la amenaza de difundir imágenes o vídeos íntimos suyos. Según la Wikipedia, se trata de una superposición física y mental para explotación sexual, donde la víctima es inducida o coaccionada —generalmente a través de aplicaciones de mensajería por Internet— a enviar material sexual o a realizar actos bajo chantaje.
El modus operandi es claro: el extorsionador utiliza perfiles falsos en redes sociales, fingiendo buenas intenciones, para ganar la confianza de la víctima. Una vez conseguido el material íntimo —mediante el sexting—, el chantajista exige relaciones sexuales, más imágenes, dinero o cualquier otra contrapartida, amenazando con difundir el contenido original si la víctima no accede a sus demandas.
La sextorsión no solo afecta a quienes han compartido imágenes íntimas; también es utilizada como herramienta para sacar del armario a personas LGTB+ que mantienen en secreto su orientación sexual. Este delito puede ocurrir a través de redes sociales, aplicaciones de mensajería, correos electrónicos, plataformas de citas o servicios de webcam.
La combinación de teléfonos inteligentes, aplicaciones de inteligencia artificial, el anonimato de Internet y la impunidad de las estafas cometidas por menores ha convertido a la sextorsión en un problema creciente y difícil de combatir.
Modus operandi: Así actúan los extorsionadores: Los delincuentes que practican la sextorsión son profesionales de la manipulación. Suelen crear perfiles falsos en redes sociales como Facebook, Instagram, X (Twitter), páginas de contactos o WhatsApp, utilizando fotos atractivas, imágenes de negocios, viajes o estilos de vida envidiables para ganarse la confianza de sus víctimas.
El objetivo es claro: animar a la víctima a compartir fotos o vídeos íntimos, así como información personal (amigos, contactos, lugar de trabajo, domicilio, gustos…). Con estos datos y la ayuda de la inteligencia artificial, los extorsionadores crean un cronograma de manipulación, adaptando sus estrategias para engatusar y, finalmente, chantajear.
Pero no se conforman con la información que les das. No dudan en enviar archivos infectados para tomar el control de la cámara de tu móvil u ordenador, capturar imágenes o incluso monitorizar tus telecomunicaciones. Así, pueden ejercer un control aún mayor sobre la víctima.
Las páginas de contactos de adultos son su terreno preferido. Publican perfiles atractivos —a veces generados por IA— para que la víctima les facilite su teléfono. Utilizando técnicas de OSINT (inteligencia de fuentes abiertas), extraen todos los datos posibles de Internet sobre la víctima. No dudan en utilizar imágenes y vídeos falsos para reclamar dinero por no difundir fotos íntimas o por un supuesto encuentro, amenazando con difundir el material entre los contactos de la víctima si no accede a sus exigencias. Estas exigencias pueden ir desde el envío de dinero hasta el envío de más fotos o la realización de actos sexuales, y suelen ir escalando en gravedad.
¿Cómo protegerse de la sextorsión?
La prevención es la mejor defensa. Aquí tienes una guía práctica para protegerte:
- Utiliza el sentido común:
No hagas en el ciberespacio nada que no harías en la vida real. ¿Te desnudarías en plena Gran Vía? Tampoco lo hagas en ningún chat, por muy privado que sea. - Tu teléfono móvil es una baliza para los ciberdelincuentes:
No compartas imágenes ni datos personales que puedan ser utilizados en tu contra: dónde vives, el nombre de tu mascota, cuándo te vas de vacaciones, con quién vives… Una vez enviado, pierdes el control sobre el contenido. - Verifica antes de confiar:
Al igual que en una tienda física, comprueba que todo está en orden antes de dar tu información. Desconfía de perfiles falsos, tiendas sin dirección física o teléfono, y cuida las solicitudes de amistad. Investiga antes de aceptar; verás que muchos perfiles están creados exclusivamente para la sextorsión. - Protege tus contraseñas:
Utiliza contraseñas seguras y cámbialas cada tres meses. No las compartas con nadie. Mantén tus dispositivos actualizados y no abras enlaces sospechosos. - Desconfía de las ofertas demasiado buenas:
Si no has jugado a la lotería, ¿cómo vas a resultar premiado? Nadie regala viajes, televisiones o iPhones de manera gratuita. Tus datos valen oro; piensa en lo que pueden hacer con ellos. - No cedas al chantaje:
Si eres víctima, no pagues ni accedas a las peticiones del extorsionador. Pagar solo empeora la situación y no garantiza que el material no se haga público. - Guarda todas las evidencias:
Si te chantajean, guarda capturas de pantalla, mensajes y correos electrónicos. No borres nada y no respondas al chantajista. - Busca ayuda y denuncia:
La sextorsión es un delito grave tipificado y penado por el Código Penal. Tiene graves consecuencias económicas, emocionales y sociales para la víctima. No estás sola: hay muchos profesionales dispuestos a ayudarte. Escríbeme y te ayudaré a denunciar la situación con un informe pericial documentado.
El valor de la privacidad y la solidaridad: La sextorsión es una amenaza invisible que cada día cobra más protagonismo en nuestra sociedad. Las víctimas suelen sentir vergüenza, miedo y soledad, pero es fundamental recordar que no es culpa suya y que existen mecanismos legales y de apoyo para combatir este delito.
La privacidad digital es un derecho fundamental. Protegerla requiere conciencia, prevención y apoyo mutuo. Si alguna vez te ves involucrado en una situación de sextorsión, no dudes en pedir ayuda y denunciar. Juntos podemos hacer frente a este delito y construir un entorno digital más seguro y respetuoso.
Recuerda: la prevención, el sentido común y la denuncia son tus mejores aliados contra la sextorsión. No estás sola. www.antpji.com