La muerte de Francisco Javier Mateo, ocurrida el 11 de diciembre de 2021 durante una jornada de caza en Ávila, ha sacado a la luz graves fallos en la investigación judicial. El proceso, marcado por negligencias y pruebas inconsistentes, ha puesto en entredicho la fiabilidad del atestado y el papel desempeñado por la médico forense encargada del caso, quien no contaba con licencia acreditada en el momento de los hechos. Este escenario no solo revela una preocupante falta de rigor en la administración de justicia, sino que también subraya la importancia de contar con especialistas cualificados y tecnologías adecuadas en investigaciones judiciales.
El inicio de los hechos y la investigación incompleta
Francisco Javier Mateo, un cazador con más de dos décadas de experiencia, acudió a la finca El Carrascal en el coto La Lastra del Cano. Lo acompañaban cinco miembros de una familia y un postor, encargado de organizar la jornada. Horas después, murió como consecuencia de un disparo cuyo origen aún genera dudas.
El anciano Álvaro Herréiz, quien inicialmente se autoinculpó entregando una vaina de cartucho calibre 12, fue señalado como el único responsable. Sin embargo, una serie de irregularidades empañaron la investigación desde el inicio. El agente de la Guardia Civil que acudió al lugar aceptó la versión sin realizar pruebas balísticas al resto de las armas presentes ni inspeccionar más cartuchos. Además, la gorra reflectante del finado, una prenda de seguridad clave, nunca fue encontrada, lo que incrementó las dudas sobre lo sucedido.
El papel de la médico forense sin acreditación
La médico forense encargada de analizar el cuerpo de Francisco Javier cometió errores evidentes en su informe. Inicialmente certificó que el disparo había sido efectuado de adelante hacia atrás, de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo, cuando las heridas de bala demostraron todo lo contrario: el impacto fue de abajo hacia arriba y de derecha a izquierda.
Más alarmante aún fue descubrir que, en el momento de los hechos, la profesional no estaba acreditada como miembro del Cuerpo Nacional de Médicos Forenses, lo que compromete la validez de su informe. La ausencia de licencia plantea interrogantes sobre cómo una persona no cualificada pudo llevar a cabo un análisis tan decisivo en un procedimiento judicial.
Según expertos consultados, la figura de un médico forense acreditado es indispensable para garantizar la objetividad y la precisión en investigaciones criminales. Cualquier error o irregularidad en la autopsia puede generar sesgos en el proceso judicial y, como en este caso, conducir a conclusiones erróneas.
Fallas en la cadena de custodia y negligencias balísticas
La Guardia Civil aceptó la autoinculpación de Herréiz y no realizó pruebas balísticas al resto de las armas presentes en la finca. Sin embargo, los análisis posteriores, realizados por peritos privados contratados por la familia del fallecido, revelaron inconsistencias importantes. La herida de entrada en el glúteo derecho medía 8 milímetros, incompatible con un proyectil calibre 12, cuyo diámetro de entrada es de 20 milímetros.
Los cartuchos más utilizados en rifles de caza, como los calibres 30.06 o 7,65 R, generan un diámetro compatible con la herida identificada. Esta prueba, junto a la trayectoria del disparo, desmonta la versión inicial y sugiere que el disparo fue efectuado con un arma diferente a la del anciano. La falta de análisis pericial adecuado por parte de las autoridades fue un error decisivo que dificultó la resolución del caso.
El papel de la tecnología forense en la resolución de casos
La investigación de un suceso como este requiere el uso de herramientas tecnológicas avanzadas que garanticen la precisión y fiabilidad de las pruebas. La tecnología forense aplicada en balística y reconstrucción de escenarios ha evolucionado considerablemente en los últimos años, permitiendo esclarecer hechos con mayor exactitud.
- Software de reconstrucción balística 3D: Herramientas como BallisticPro permiten recrear la trayectoria del disparo con base en las características del proyectil y las heridas identificadas. Estas recreaciones, que combinan modelado 3D y cálculos físicos, son clave para verificar versiones contradictorias y determinar la posición exacta del tirador.
- Análisis pericial con inteligencia artificial (IA): Plataformas basadas en IA pueden analizar grandes volúmenes de datos forenses, identificar patrones y detectar inconsistencias en los informes periciales. La IA permite, por ejemplo, comparar resultados de autopsias con bases de datos forenses y detectar posibles errores humanos.
- Tecnología blockchain para la cadena de custodia: El uso de blockchain en la gestión de pruebas digitales y físicas asegura que la cadena de custodia sea transparente e inmutable. Cada interacción con una prueba se registra en un sistema descentralizado, garantizando la integridad de los datos y evitando manipulaciones o extravíos.
Implicaciones legales y ciberseguridad forense
El caso de Francisco Javier Mateo pone de manifiesto la necesidad de implementar medidas más rigurosas en la cadena de custodia y en la certificación de profesionales periciales. En este sentido, las entidades como la ANTPJI (Asociación Nacional de Tasadores y Peritos Judiciales Informáticos) recomiendan que cualquier informe forense sea verificado y validado por profesionales debidamente acreditados.
Asimismo, en un contexto digital cada vez más relevante, los dispositivos electrónicos presentes en escenas de delitos, como teléfonos móviles o cámaras, deben ser analizados por peritos informáticos forenses. Herramientas como FTK Imager o Autopsy permiten recuperar información eliminada o dañada, identificar metadatos y proporcionar pruebas adicionales que podrían ser decisivas en el proceso judicial.
Avances necesarios en la gestión de pruebas
Para evitar casos como el de Ávila, las autoridades judiciales y los cuerpos de seguridad deben implementar avances tecnológicos y normativos:
- Certificación de profesionales: Asegurar que solo médicos forenses acreditados puedan realizar autopsias y emitir informes vinculantes en procesos judiciales.
- Adopción de tecnologías forenses avanzadas: Incluir software de reconstrucción 3D y herramientas de análisis balístico como estándar en investigaciones criminales.
- Revisión de la cadena de custodia: Utilizar blockchain y sistemas digitales seguros para registrar cada interacción con las pruebas físicas y digitales.
La muerte de Francisco Javier Mateo en una jornada de caza en Ávila ha sacado a la luz una serie de deficiencias que comprometen la administración de justicia. La intervención de una médico forense sin licencia, la falta de pruebas balísticas y la aceptación de autoinculpaciones sin verificación rigurosa son errores que no deberían tener cabida en un proceso judicial.
La adopción de tecnologías forenses avanzadas, junto a la exigencia de profesionales acreditados y el uso de herramientas digitales seguras, es imprescindible para garantizar investigaciones transparentes y rigurosas. Casos como este deben servir como lección para implementar cambios estructurales que devuelvan la confianza en el sistema judicial.