sábado, diciembre 14, 2024

Tus datos son el ORO que buscan empresas y gobiernos. La privacidad no existe

Angel Bahamontes
Angel Bahamonteshttps://antpji.org/
Presidente de la Asociación Nacional de Tasadores y Peritos Judiciales Informáticos

El comercio de datos personales y su valor económico crecen de manera constante, reflejando la creciente preocupación por salvaguardar la privacidad en un entorno digital cada vez más complejo.

Tanto empresas como gobiernos recopilan información de clientes y ciudadanos, a menudo descuidando la importancia de la conciencia en materia de privacidad. En el mundo digital, la privacidad y el anonimato son escasos y, en muchos casos, indeseables. En un contexto dominado por el capitalismo de vigilancia, nuestras preferencias, gustos e incluso enfermedades se convierten en mercancía para el mejor postor.

En la era de la información, nuestras actividades cotidianas, desde comprar hasta socializar, generan una huella digital que es explotada por diversos actores. El verdadero problema radica en el tráfico indiscriminado de datos personales al mejor postor, sin ningún tipo de control ni supervisión, mientras tanto, empresas como gobiernos continúan beneficiándose de esta práctica sin tomar medidas efectivas para proteger la privacidad de los individuos.

Quizás te hayas preguntado en más de una ocasión cómo utilizan las empresas los datos que recopilan. Al proporcionar información personal en internet, como nombres, correos electrónicos, etc., para obtener descuentos especiales o suscribirse a boletines informativos, muchas personas no son conscientes de las implicaciones de compartir esos datos.

Pocos internautas comprenden la magnitud del riesgo al que se exponen al compartir información privada en la red y las graves consecuencias que pueden derivarse de ello en manos equivocadas. Solo los expertos en análisis OSINT, como David CEO de la Brigada OSINT, comprenden plenamente el alcance de este problema.

Desde una simple foto en un parque hasta revelar detalles sobre nuestras vacaciones o preferencias políticas, cualquier dato compartido en línea puede convertirse en un arma poderosa en manos de ciberdelincuentes respaldados por la inteligencia artificial, amenazando no solo nuestra seguridad digital, sino también nuestro bienestar físico y generando una serie de problemas difíciles de resolver.

Las empresas y los gobiernos están recurriendo cada vez más a investigadores OSINT y hackers para recopilar información pública en línea sobre candidatos a puestos de trabajo, cargos políticos o relaciones personales. En un mundo donde la tecnología abunda más que el sentido común, la falta de precaución al descargar aplicaciones y la entrega indiscriminada de datos personales se ha convertido en una puerta abierta para el fraude y la estafa en la jungla del ciberespacio.

La inteligencia artificial ha revolucionado el análisis de Big Data, permitiendo a los analistas generar perfiles precisos de los usuarios a partir de sus datos con una probabilidad de acierto del 100%. Y con la proliferación de tecnología espía, desde cámaras en semáforos hasta altavoces inteligentes en nuestros hogares, nuestros dispositivos constantemente recopilan datos que alimentan algoritmos predictivos sobre nuestros hábitos de compra y búsquedas en línea. Esta información se utiliza para personalizar campañas publicitarias y generar ingresos para empresas como Facebook y Google a través de segmentos publicitarios.

En el mundo digital, nada es realmente gratuito: nuestros datos se convierten en el producto que se comercializa una y otra vez. Los navegadores, por ejemplo, obtienen ingresos vendiendo nuestros datos a un costo considerable. Con la evolución de la tecnología, la recopilación de datos se vuelve cada vez más intrusiva, desde la geolocalización hasta la biometría, creando gemelos digitales que pueden ser utilizados para diversos fines, incluso transacciones financieras o votación, a pesar de los protocolos de seguridad existentes que a menudo son superados por la inteligencia artificial.

Hacer un simple ejercicio de egosurfing revelará la cantidad de información que se tiene sobre nosotros, incluso para aquellos sin conocimientos informáticos. Los gobiernos y las empresas conocen nuestros movimientos, hábitos y preferencias, y utilizan esa información para diversos fines, como controlar la velocidad de conducción o mejorar la experiencia del cliente en plataformas como Netflix y Alibaba, que se destacan por su enfoque en la analítica de datos para optimizar sus operaciones.

La privacidad se ha convertido en un bien cada vez más escaso en la era digital. En nuestra vida diaria, dependemos ampliamente de la tecnología, ya sea a través de redes sociales o dispositivos inteligentes. Sin embargo, esta dependencia conlleva el constante intercambio de nuestros datos con las empresas que operan y fabrican estas tecnologías. Además, estas empresas pueden compartir nuestros datos con terceros, como anunciantes y comerciantes. Entre estos terceros se encuentran los gobiernos, que pueden solicitar acceso a nuestros datos por diversas razones, lo que plantea preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad de nuestra información personal.

Los gobiernos pueden requerir datos de empresas tecnológicas para una variedad de propósitos, como investigaciones policiales sobre dispositivos perdidos o robados, fraudes con tarjetas de crédito, análisis de fotos subidas o identificación de correos electrónicos que representen una amenaza para la seguridad nacional. Esta práctica ha generado preguntas sobre quién está supervisando realmente a los que nos vigilan, especialmente después de las revelaciones de Edward Snowden sobre el programa de vigilancia masiva del gobierno de los Estados Unidos hace una década.

Las empresas utilizan diversas estrategias para captar datos de los usuarios:

  • Actividad web: Las empresas pueden rastrear las cookies de los usuarios cuando visitan su sitio web, lo que les permite monitorear su navegación, incluido el tiempo en el sitio, las páginas visitadas y las compras realizadas.
  • Feedback: Otra estrategia común es recopilar feedback de los consumidores a través de formularios, reseñas y comentarios. Al recompensar este feedback con descuentos o cupones, las empresas obtienen información valiosa para mejorar sus productos y servicios.
  • Aplicaciones: Las aplicaciones ofrecen una plataforma ideal para recopilar datos sobre las preferencias de los usuarios. Por ejemplo, el seguimiento de datos en la aplicación Salud de iPhone permite a Apple comprender los hábitos de vida de los usuarios y desarrollar productos que los ayuden a mejorar.
  • Redes sociales: Las empresas también recopilan datos a través de las interacciones de los usuarios en redes sociales como Facebook, Instagram o Twitter. Cada vez que un usuario comenta, da like o comparte contenido, estas acciones proporcionan información sobre sus preferencias y gustos.
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