La elección de León XIV como nuevo Papa marca un antes y un después en la historia de la Iglesia Católica. No solo por su perfil internacional -primer pontífice estadounidense, nacionalizado peruano y con raíces hispanoamericanas-, sino porque su pontificado arranca bajo el signo de la revolución tecnológica y la inteligencia artificial, en un Vaticano que ha blindado el cónclave con los mayores avances de la era digital
Un cónclave bajo máxima seguridad tecnológica
La elección de León XIV no solo fue histórica por el perfil del elegido, sino también por el despliegue tecnológico sin precedentes que protegió el proceso. El Vaticano se transformó en un auténtico búnker digital: inhibidores de señal bloquearon cualquier tipo de comunicación inalámbrica dentro de las áreas clave, impidiendo la transmisión de datos por móviles, micrófonos o dispositivos espía. Las ventanas se cubrieron con películas opacas para evitar la captación de imágenes por drones o satélites, y más de 650 cámaras -algunas equipadas con inteligencia artificial- monitorizaron en tiempo real cada rincón relevante, conectadas a un centro de control subterráneo
El objetivo era claro: preservar el silencio, la confidencialidad y la integridad del proceso, evitando filtraciones y asegurando que el ritual de la fumata blanca mantuviera todo su simbolismo. Los cardenales, además, entregaron sus dispositivos electrónicos y fueron sometidos a inspecciones minuciosas antes y durante las votaciones
Peace be with you all! This is the first greeting spoken by the Risen Christ, the Good Shepherd. I would like this greeting of peace to resound in your hearts, in your families, and among all people, wherever they may be, in every nation and throughout the world.
— Pope Leo XIV (@Pontifex) May 14, 2025
Inteligencia artificial: aliada del secreto y la transparencia
Por primera vez, la inteligencia artificial jugó un papel protagonista en el cónclave. Aunque el Vaticano no ha desvelado todos los detalles, se sabe que los sistemas de videovigilancia incorporaron algoritmos capaces de detectar patrones anómalos, movimientos inusuales y la presencia de objetos sospechosos. Esta IA, entrenada para garantizar la seguridad y la confidencialidad, representa el salto de la Iglesia hacia una gestión más avanzada de los riesgos tecnológicos
Pero la apuesta vaticana por la inteligencia artificial va mucho más allá de la seguridad. Desde enero de 2025, la Santa Sede cuenta con un marco legal propio para el uso ético de la IA en la administración, siguiendo el llamamiento de Francisco y ahora de León XIV para que la tecnología esté siempre al servicio de la dignidad humana y nunca en su contra. El Vaticano se ha convertido en árbitro mundial de una IA responsable, impulsando pactos como el “Rome Call for AI Ethics”, firmado por gigantes tecnológicos como Microsoft, IBM y Cisco
Un Papa con formación científica y visión global
León XIV llega al papado con una sólida formación en ciencias matemáticas y una trayectoria marcada por el diálogo entre culturas y hemisferios Su experiencia en América Latina, especialmente en Perú, donde apoyó proyectos de telesalud y conectividad para comunidades rurales, lo sitúa como un líder sensible a los desafíos tecnológicos y sociales del sur global
El nuevo Papa asume el reto de mantener unida a la feligresía mundial en un momento de cambio cultural, tecnológico y espiritual. Su discurso inaugural lo dejó claro: “Debemos construir puentes de paz y buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera, abierta al diálogo y a todos, especialmente a quienes más nos necesitan”
Tecnología para democratizar el acceso a la fe
El pontificado de León XIV hereda y amplía la transformación digital iniciada por sus predecesores. La digitalización de la Biblioteca Vaticana, en colaboración con NTT DATA, ha permitido el acceso global a tesoros culturales mediante blockchain y NFT, abriendo nuevas formas de participación y recompensa para los fieles digitales5. La IA generativa se ha empleado para crear gemelos digitales de la Basílica de San Pedro, ofreciendo experiencias espirituales inmersivas y accesibles a creyentes de todo el mundo
La Iglesia, bajo León XIV, explora cómo la tecnología puede democratizar el acceso al conocimiento teológico y fomentar el diálogo ecuménico, permitiendo que estudiantes y teólogos de cualquier rincón del planeta consulten bibliotecas y participen en redes de debate. Pero el Papa insiste: el acceso libre debe ser también acceso ético, y la tecnología debe humanizar, no despersonalizar.
Desafíos: ética, deepfakes y polarización
León XIV es consciente de los riesgos. Ha abogado por regular las redes sociales y evitar los deepfakes, defendiendo la protección de los menores y la integridad de la información. La IA, advierte, no puede ser un nuevo “Torre de Babel digital”, sino un instrumento para el bien común y la fraternidad universal.
Un pontificado para la era tecnoética
La elección del nombre León XIV es un guiño a León XIII y a la doctrina social de la Iglesia, una declaración de intenciones para un pontificado que busca reconciliar fe y modernidad, justicia social y tecnología, espiritualidad y ciencia1. Bajo su liderazgo, la Iglesia Católica se adentra en la era tecnoética, donde el discernimiento moral y la innovación caminan de la mano para afrontar los retos de un mundo hiperconectado.
En la era de la inteligencia artificial y la vigilancia total, León XIV emerge como el Papa que quiere que la tecnología sirva a la humanidad, y no al revés. Un pontífice que, sin renunciar a la tradición, abraza el futuro digital con la mirada puesta en la dignidad y la justicia.
