En el contexto actual de los accidentes de tráfico, donde los siniestros leves conviven con una creciente sofisticación en la evaluación de daños, el informe biomecánico se ha consolidado como una herramienta técnica de gran relevancia, tanto en sede judicial como extrajudicial. Su utilización, cada vez más extendida por parte de compañías aseguradoras y peritos independientes, plantea interrogantes sobre su viabilidad, objetividad y aplicación efectiva, especialmente cuando está en juego la acreditación de lesiones en siniestros de aparente baja intensidad.
¿Qué es un informe biomecánico?
Se trata de un estudio pericial basado en principios de la física, la mecánica del impacto y la ingeniería biomédica, cuyo objetivo es determinar si, en función de la energía liberada en una colisión y la dinámica del accidente, resulta verosímil que el ocupante haya sufrido las lesiones que reclama.
Estos informes suelen fundamentarse en:
- Daños materiales observados en los vehículos.
- Posición de los ocupantes.
- Velocidades relativas y dirección del impacto.
- Modelos computacionales y simulaciones 3D.
- Análisis de fuerzas G y tolerancia humana al impacto.
Viabilidad técnica y controversia en su uso
Desde un punto de vista puramente técnico, la biomecánica aporta criterios objetivos para valorar la causalidad entre el accidente y las lesiones. Sin embargo, su viabilidad probatoria no está exenta de críticas:
- Carácter estimativo: no existe una exactitud absoluta en las mediciones, por lo que las conclusiones deben interpretarse con prudencia.
- Variables individuales: la tolerancia al impacto varía según la edad, el sexo, el historial médico o la posición concreta en el momento del accidente.
- Neutralidad del perito: en muchos casos, los informes biomecánicos son aportados por las aseguradoras, lo que puede generar un conflicto de intereses y un sesgo sistemático hacia la negación de la lesión.
En diversas ocasiones se han intentado desvirtuar lesiones reales mediante informes biomecánicos elaborados sin rigor, sin tener en cuenta variables clínicas fundamentales o ignorando por completo la sintomatología persistente de la víctima.
Tecnología al servicio de la verdad: simulación, IA y reconstrucción digital
La incorporación de tecnologías avanzadas ha supuesto un antes y un después en el análisis de accidentes:
- Simulaciones por software CAD y modelos FEM (método de elementos finitos) permiten recrear con gran precisión el comportamiento del vehículo y del cuerpo humano durante el impacto.
- Uso de IA y machine learning en el tratamiento de grandes bases de datos de accidentes reales para establecer patrones de riesgo y correlaciones lesión-impacto.
- Reconstrucciones digitales tridimensionales que facilitan al juez una comprensión visual de la dinámica del siniestro, aportando una herramienta didáctica clave.
Valor probatorio y su aceptación judicial
Los tribunales españoles han acogido de forma desigual los informes biomecánicos. Su eficacia depende en gran medida de:
- La metodología empleada y su fundamentación científica.
- La cualificación del perito que lo suscribe.
- La correlación con otros medios de prueba, como informes médicos, atestados policiales o testificales.
Por ello, no puede considerarse una prueba concluyente ni excluyente, sino un elemento más dentro del conjunto probatorio. En muchos casos, ha servido como apoyo para estimar o desestimar demandas, pero su éxito radica en la solidez técnica y en su integración con el resto de pruebas.
Conclusión: utilidad sí, exclusividad no
El informe biomecánico puede ser útil cuando se utiliza con honestidad técnica y neutralidad. Sin embargo, no debe convertirse en un instrumento de descrédito sistemático frente a reclamaciones legítimas.
Porque la tecnología no debe servir para negar el dolor, sino para entenderlo y repararlo con justicia.
