El Parlamento Italiano está evaluando un proyecto de ley que propone penas de cárcel de uno a cinco años para quienes utilicen imágenes generadas por inteligencia artificial (IA) para causar daños a terceros. Este martes, el Gobierno italiano, liderado por el Ministro de Justicia Carlo Nordio, aprobó un decreto que no solo busca regular los daños causados por la IA, sino también incentivar el desarrollo de nuevas empresas en el sector con una inversión de mil millones de euros.
«Quien difunda sin consentimiento videos o imágenes alteradas con IA que causen daño injusto será castigado con prisión de uno a cinco años», anunció Nordio en una conferencia de prensa tras el Consejo de Ministros. Este proyecto de ley, que ahora espera aprobación en un Parlamento dominado por la coalición de derechas de Giorgia Meloni, intenta estabilizar un campo tecnológico con vastas aplicaciones y un potencial aún por descubrir.
La propuesta también incluye medidas para proteger la autonomía humana frente al avance tecnológico, exigiendo el consentimiento paterno para que menores de 14 años se inscriban en sistemas operados por IA, como los chatbots. Además, el proyecto estipula que el desarrollo y aplicación de la IA deben respetar la autonomía humana y la capacidad de decisión, asegurando que no socave la vida democrática institucional y política.
«Estamos tratando de aprovechar las oportunidades que ofrece la IA, tanto en la organización de oficinas como en investigación, sin influir en los jueces o reemplazar la inteligencia humana por artificial», explicó Nordio, quien añadió que el uso engañoso de la IA sería considerado una circunstancia agravante bajo la nueva ley.
Sin embargo, varios juristas españoles han expresado su preocupación respecto a estas nuevas regulaciones, argumentando que podrían representar un desafío significativo en términos de aplicación y efectividad, además de plantear problemas relacionados con la libertad de expresión y el derecho a la privacidad. Este grupo de expertos advierte que, si bien es crucial abordar los riesgos asociados con la IA, es fundamental hacerlo de manera que no restrinja innecesariamente la innovación ni los derechos fundamentales.
Este debate pone de relieve las tensiones entre la necesidad de proteger a la sociedad de los potenciales abusos de la tecnología y el deseo de fomentar la innovación en el ámbito de la inteligencia artificial, un tema que continúa generando división tanto en Italia como en el resto de Europa.
