En 2025, las estafas emocionales —también conocidas como estafas del amor o ciberestafas amorosas— se han consolidado como uno de los fraudes digitales con mayor impacto en España. Su particular crueldad radica en el uso intensivo de la manipulación sentimental, que deja no solo pérdidas económicas sino también un daño psicológico profundo y duradero.
Cómo funcionan las estafas emocionales: la psicología al servicio del fraude
Los ciberdelincuentes que operan en esta modalidad no actúan con prisas ni métodos groseros. Son depredadores sociales expertos en detectar vulnerabilidades emocionales, tales como soledad, baja autoestima o episodios traumáticos. Invierten tiempo y cuidado en construir identidades falsas hiperrealistas, mediante perfiles detallados en redes sociales o apps de citas.
La relación con la víctima se desarrolla de forma paulatina, con mensajes y llamadas que crean un vínculo de confianza y afecto. Cuando la víctima está emocionalmente comprometida, el estafador introduce la necesidad de dinero —ya sea para supuestas emergencias, inversiones o gastos ineludibles— y desaparece tras recibir el pago.
Casos reales y testimonios reveladores
Una jornada en el Congreso de los Diputados española reunió a víctimas, expertos y autoridades para analizar esta problemática. Vicente y Jorge, víctimas de estas estafas, narraron cómo fueron manipulados para entregar más de 24.000 euros y cómo quedaron emocionalmente destrozados, enfrentándose al estigma social y la incomprensión de familiares y amigos.
- Vicente fue estafado tras su separación, cuando se encontraba vulnerable.
- Jorge sufrió culpa y vergüenza por no haber detectado el engaño a tiempo.
- Otro caso destacó la estafa a personas con enfermedades mentales o situaciones familiares delicadas, mostrando la crueldad de estos delitos.
La amenaza de la inteligencia artificial: una nueva era de sofisticación
El avance de la IA multiplica el alcance y la efectividad de estas estafas. Los criminales pueden generar miles de identidades falsas con apariencia verosímil, aumentar la autenticidad de conversaciones mediante chatbots y crear discursos emocionales cada vez más convincentes.
Expertos advierten que esta tecnología puede hacer el fenómeno mucho más difícil de detectar, aumentando la incidencia y la impunidad.
Recomendaciones para protegerse
- Desconfía de relaciones online que piden dinero o favores económicos rápidamente, especialmente si no has conocido a la persona en persona.
- Verifica la identidad de quien contacta mediante video llamadas o contactos mutuos confiables.
- No compartas información personal sensible con desconocidos o perfiles no contrastados.
- Consulta con familiares o amigos de confianza si tienes dudas sobre una relación digital.
- Denuncia cualquier sospecha de estafa a la policía o a asociaciones especializadas, como Anceme, para proteger a otros y colaborar en la persecución.
- Para personas vulnerables (mayores, con problemas emocionales o sociales), es esencial el acompañamiento y educación digital.
El papel de las autoridades y las plataformas
Organizaciones como el Ministerio del Interior y la Policía Nacional están incrementando la formación, campañas de concienciación y la cooperación con empresas tecnológicas para detectar y bloquear estas redes criminales. Sin embargo, la tasa de resolución sigue siendo baja, y la legislación aún debe adaptarse para incorporar específicamente estas formas de violencia digital.
Las estafas emocionales representan un desafío no solo tecnológico, sino social y psicológico. En 2025, la mejor defensa es el conocimiento, la sospecha saludable y el apoyo a las víctimas para evitar que la manipulación emocional derive en pérdidas irreparables.