miércoles, octubre 9, 2024

El papel de la ciberseguridad en el sector financiero

Angel Bahamontes
Angel Bahamonteshttps://antpji.org/
Presidente de la Asociación Nacional de Tasadores y Peritos Judiciales Informáticos

La ciberseguridad en el sector financiero se ha convertido en uno de los temas más importantes en la actualidad. Los avances tecnológicos han permitido a las entidades financieras optimizar sus procesos, pero también las han expuesto a ciberataques cada vez más sofisticados. Esto ha hecho que bancos y consumidores se enfrenten a desafíos que requieren una respuesta técnica y operativa efectiva para proteger sus activos y datos. La situación es compleja, ya que, a pesar de las inversiones en tecnología, los ciber fraudes continúan afectando a miles de usuarios y ponen en duda la capacidad de los bancos para garantizar la seguridad de los fondos de sus clientes.

La crisis de ciberseguridad en el sector financiero

El sector financiero se ha convertido en el objetivo predilecto de los cibercriminales debido a la naturaleza crítica de sus operaciones y la cantidad de información sensible que maneja. De acuerdo con un estudio de la European Union Agency for Cybersecurity (ENISA), el 60% de las instituciones financieras europeas han sufrido ciberataques significativos en los últimos tres años. En España, las cifras son igual de alarmantes: según el Informe de Ciberseguridad en Entidades Financieras realizado por Deloitte, más del 70% de los bancos ha sido víctima de intentos de fraude cibernético en el último año.

Uno de los principales problemas es que, aunque los bancos invierten grandes sumas en ciberseguridad, estas inversiones no han sido suficientes para mitigar completamente los riesgos. La falta de personal capacitado y de recursos tecnológicos avanzados, así como la rápida evolución de las técnicas de ataque, han creado brechas significativas en la seguridad de los sistemas bancarios. Estas vulnerabilidades son aprovechadas por organizaciones criminales que utilizan métodos como el phishing, los ataques de denegación de servicio (DDoS) y el malware para robar información y fondos.

Phishing y la falta de responsabilidad bancaria

El phishing, una de las formas más comunes de ciber fraude, consiste en engañar al usuario para que revele información confidencial, como contraseñas o números de tarjetas de crédito, haciéndose pasar por una entidad legítima, como el banco del cliente. Según el Estudio Anual sobre Ciberseguridad y Confianza en la Economía Digital 2023, el 42% de los usuarios de banca digital en España ha sido objetivo de ataques de phishing en el último año. Este tipo de fraude pone en una situación vulnerable a los consumidores, quienes a menudo no cuentan con los conocimientos necesarios para identificar la trampa y el engaño que cada vez es más sofisticado por el uso de la Inteligencia Artificial.

El problema se agrava cuando los bancos, en lugar de asumir su responsabilidad, trasladan la culpa al consumidor, argumentando que fue negligente al caer en el engaño. Sin embargo, como señala Carlos Ballesteros, perito informático de la Asociación Nacional de Tasadores y Peritos Judiciales Informáticos (ANTPJI), es inaceptable que las entidades financieras esperen que el cliente promedio, sin formación en ciberseguridad, pueda distinguir entre un mensaje legítimo y uno fraudulento. Ballesteros ha subrayado la necesidad de que los bancos refuercen sus sistemas de seguridad y asuman la responsabilidad de proteger a sus clientes de estos ataques.

La sobrecarga en los juzgados y la necesidad de acciones colectivas: A medida que los ciber fraudes continúan aumentando, también lo hace la carga en los tribunales que deben gestionar las demandas de los consumidores afectados. En España, los juzgados especializados en temas financieros, que fueron creados para tratar casos como las hipotecas multidivisa y las cláusulas suelo, se encuentran colapsados. El proceso judicial para recuperar fondos estafados puede tardar meses, o incluso años, lo que agrava aún más la situación de los consumidores.

Una solución que está tomando relevancia es la introducción de acciones colectivas, que permitirían a grupos de consumidores presentar demandas conjuntas en lugar de pleitos individuales. Esto no solo optimizaría el proceso judicial, sino que también aumentaría las posibilidades de éxito. Como indica Bahamontes, estas acciones colectivas podrían ser la clave para enfrentar a grandes entidades financieras y tecnológicas, con la esperanza de moldear un sistema más justo y competitivo.

La manipulación de los depósitos unificados: Otra preocupación emergente en el sector financiero es la oferta de depósitos unificados con bonificaciones. Los bancos están promoviendo este tipo de productos como una solución para compensar a los consumidores por los altos tipos de interés, pero la realidad es que obligan a los clientes a contratar productos adicionales, como seguros o fondos de inversión, que resultan mucho más costosos que las supuestas bonificaciones. Bahamontes ha denunciado esta práctica como otra forma de engaño por parte de las entidades financieras, ya que los consumidores terminan pagando más por estos productos que lo que podrían ahorrar en intereses.

La lucha por el IRPH en los tribunales: El Índice de Referencia de Préstamos Hipotecarios (IRPH) es otro tema de gran relevancia en el sector financiero. Aunque el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha fallado en varias ocasiones a favor de los consumidores afectados por el IRPH, el Tribunal Supremo de España ha reinterpretado estas sentencias en beneficio de los bancos. Esto ha dejado a miles de familias en una situación de incertidumbre, ya que continúan pagando hipotecas indexadas al IRPH, un índice que ha sido cuestionado por su falta de transparencia y equidad.

El caso del IRPH refleja una tendencia preocupante en la que las sentencias favorables a los consumidores emitidas por tribunales europeos son reinterpretadas en España para favorecer a las entidades financieras. Bahamontes ha advertido que este patrón pone en peligro la protección de los derechos de los consumidores y socava la confianza en el sistema judicial.

Soluciones tecnológicas y el futuro de la ciberseguridad financiera

A medida que los ciberataques se vuelven más sofisticados, las entidades financieras deben adoptar soluciones tecnológicas avanzadas para proteger sus sistemas y a sus clientes. Algunas de las tecnologías emergentes más prometedoras en este ámbito incluyen:

  • Inteligencia artificial (IA) y machine learning (ML): Estas tecnologías permiten a los bancos identificar patrones inusuales en el comportamiento de los usuarios y detectar posibles fraudes en tiempo real. Los algoritmos de IA pueden analizar grandes volúmenes de datos y predecir ataques antes de que ocurran, lo que reduce el riesgo de ciber fraudes.
  • Blockchain: Aunque el blockchain es más conocido por su uso en criptomonedas, también tiene aplicaciones en ciberseguridad. La tecnología de blockchain permite registrar transacciones de forma inmutable y descentralizada, lo que dificulta que los ciberdelincuentes alteren los datos financieros.
  • Autenticación multifactor (MFA): Implementar mecanismos de autenticación más robustos, como la MFA, es fundamental para reducir el riesgo de ataques de phishing. Esto requiere que los usuarios proporcionen múltiples formas de verificación antes de acceder a sus cuentas bancarias.

La importancia de la formación y la concienciación: Además de implementar soluciones tecnológicas, es crucial que las entidades financieras inviertan en la formación y concienciación tanto de sus empleados como de sus clientes. Los consumidores deben ser educados sobre los riesgos asociados con el uso de plataformas digitales y cómo pueden protegerse de ciberataques. Bahamontes enfatiza que «un derecho que no se reclama no existe», por lo que es fundamental que los usuarios financieros estén informados sobre sus derechos y tomen medidas para protegerse.

El papel de la ciberseguridad en el sector financiero es cada vez más crucial. Los bancos y las instituciones financieras deben asumir la responsabilidad de proteger los fondos y datos de sus clientes frente a ciber amenazas cada vez más sofisticadas. Para lograrlo, deben invertir en tecnologías avanzadas, fortalecer sus sistemas de seguridad y asumir su papel en la protección del consumidor. A su vez, las autoridades y los tribunales deben asegurarse de que las entidades financieras cumplan con sus responsabilidades, protegiendo los derechos de los consumidores y creando un sistema más justo y seguro.

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