jueves, octubre 17, 2024

Violencia de Género Digital: La Amenaza Invisible que la Ley Aún No Protege

Equipo Tec futuro
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Redacción Revista tecfuturo

La violencia de género digital es una realidad creciente en la era digital, pero en España sigue siendo un tema que no recibe la suficiente atención en términos de prevención, regulación y acción institucional. Aunque existen casos claros de violencia digital de género, como el acoso a través de redes sociales, la difusión no consentida de imágenes íntimas, la vigilancia a través de dispositivos digitales y la manipulación de datos personales, la respuesta institucional sigue siendo limitada. Examinemos por qué esto ocurre:

Falta de Visibilidad y Sensibilización: Uno de los principales problemas es que la violencia de género digital aún no tiene la visibilidad que merece en comparación con otras formas de violencia de género más «tradicionales» como el maltrato físico o psicológico. Las agresiones digitales tienden a pasar desapercibidas o no se reconocen inmediatamente como violencia de género.

A pesar de que estas formas de violencia digital pueden ser extremadamente dañinas, las víctimas a menudo no saben cómo identificarlas, denunciarlas o gestionarlas. Los organismos de atención como el 016 (línea telefónica para violencia de género) y otros servicios no ofrecen asesoramiento especializado en casos de violencia digital, lo que deja a muchas víctimas desprotegidas o sin orientación sobre cómo actuar.

Escasa Regulación Específica: Aunque existen leyes en España para sancionar el acoso, la difusión no consentida de imágenes y otras prácticas delictivas, no hay una regulación específica que contemple la violencia de género digital como una categoría propia dentro de la Ley de Violencia de Género. Esto deja un vacío en la legislación, haciendo que las agresiones digitales se encuadren bajo términos generales como delitos contra la intimidad o el acoso, pero sin tener en cuenta el componente de género.

En otras palabras, la legislación española no distingue suficientemente entre las agresiones digitales que tienen una motivación de control y dominación basada en el género y otros tipos de cibercrimen.

Falta de Formación y Capacitación: Otra razón por la cual no se aborda adecuadamente la violencia de género digital es la falta de formación entre los operadores judiciales y las fuerzas de seguridad. Muchas veces, los jueces, policías y otros profesionales carecen del conocimiento técnico y del enfoque de género necesario para comprender la magnitud del problema.

Por ejemplo, el acoso a través de redes sociales, la vigilancia digital (mediante aplicaciones espía o seguimiento en tiempo real) y la suplantación de identidad son formas de violencia digital que a menudo no se perciben como violencia de género, y esto puede provocar una respuesta legal insuficiente.

Limitaciones de los Servicios de Atención como el 016: El 016 es una herramienta valiosa para las víctimas de violencia de género, pero su alcance respecto a la violencia digital es limitado. El servicio está diseñado principalmente para asesorar sobre maltrato físico, psicológico y sexual, pero no está preparado para responder a casos de violencia tecnológica.

Por ejemplo:

  • No ofrece guías específicas sobre cómo actuar ante el acoso digital o la difusión no consentida de imágenes.
  • No existen protocolos bien definidos para asesorar a víctimas de stalking digital o control tecnológico por parte de sus parejas o exparejas.

Casos de Violencia Digital que No Se Denuncian:

Muchos casos de violencia de género digital no llegan a ser denunciados. Las víctimas a menudo sienten que el sistema no va a responder adecuadamente o no consideran que las agresiones que experimentan en el espacio digital sean tan graves como las físicas. Además, muchas personas no saben que las acciones que se realizan a través de medios digitales pueden ser constitutivas de delitos penales.

Por ejemplo, la suplantación de identidad en redes sociales para acosar o difamar a una mujer, el uso de spyware para controlar su actividad, o la amenaza de difundir imágenes íntimas son prácticas cada vez más comunes, pero pocas veces llegan a juicio debido a la subestimación del impacto psicológico que estas acciones pueden tener.

Papel de la Educación y la Conciencia Social: La falta de conciencia social sobre el impacto de la violencia de género digital es otro factor clave. La educación sobre este tipo de violencia todavía es incipiente, y tanto el público general como las instituciones no han interiorizado que las agresiones digitales pueden ser igual de perjudiciales que las físicas o psicológicas.

Por eso es esencial:

  • Educar a la sociedad en general sobre las formas de violencia de género digital y sus consecuencias.
  • Formar a las autoridades y cuerpos policiales para que puedan identificar estas situaciones y actuar adecuadamente.

¿Qué debería hacerse?

Para combatir la violencia de género digital, es necesario que España tome varias medidas concretas:

  1. Reforma legislativa que reconozca explícitamente la violencia digital como una forma de violencia de género, adaptando la Ley de Violencia de Género para incluir esta categoría.
  2. Capacitación especializada para jueces, fiscales, policías y trabajadores sociales para identificar y actuar ante casos de violencia digital con perspectiva de género.
  3. Protocolos de actuación específicos en servicios de atención como el 016, que incluyan orientación técnica y legal sobre cómo actuar ante agresiones digitales.
  4. Campañas de sensibilización dirigidas a la población general para que las mujeres víctimas de violencia digital sepan reconocer y denunciar este tipo de agresiones.
  5. Desarrollo de guías tecnológicas para que las víctimas puedan protegerse mejor en el entorno digital, como recomendaciones sobre el uso de la privacidad en redes sociales, cómo actuar si son acosadas digitalmente y cómo denunciar.

Formación Especializada para Combatir la Violencia de Género Digital

Para enfrentar eficazmente la creciente problemática de la violencia de género digital, es fundamental contar con formación específica que capacite a las mujeres en el reconocimiento y manejo de las agresiones tecnológicas. Un ejemplo de este tipo de formación lo ofrece la Asociación Nacional de Tasadores y Peritos Judiciales Informáticos (ANTPJI), que, con 13 años de experiencia profesional en el sector, ha logrado resolver más de 1956 casos de Violencia de Género Digital.

La metodología empleada por la ANTPJI en sus cursos está diseñada para proporcionar herramientas prácticas y teóricas que permiten a las participantes no solo identificar situaciones de acoso digital, suplantación de identidad o espionaje tecnológico, sino también conocer los procedimientos legales y tecnológicos para defenderse de estas agresiones. Su programa DIP, lo dice todo: Defensa, Identificación y Protección

Estos cursos están avalados por la trayectoria profesional de la asociación, la cual garantiza una enseñanza de calidad basada en casos reales. Este enfoque práctico asegura que las mujeres estén preparadas para protegerse en entornos digitales y sepan cómo actuar de forma legal y técnica ante posibles delitos informáticos relacionados con la violencia de género.

La formación especializada no solo capacita a las víctimas, sino que también promueve la creación de una red de apoyo más sólida, ofreciendo herramientas de prevención y respuesta frente a esta nueva forma de violencia que, aunque invisible, tiene un impacto devastador en la vida de muchas mujeres.

La violencia de género digital en España es una realidad creciente, pero poco visible debido a la falta de regulación específica, la escasa formación en las instituciones y la subestimación del problema. Si bien los organismos como el 016 y las leyes existentes pueden ofrecer un marco para actuar, es evidente que se necesitan reformas más profundas y una mayor sensibilización social para que las víctimas reciban el apoyo adecuado y los agresores enfrenten consecuencias legales justas.

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