La Audiencia Provincial de Almería ha dictado sentencia contra una red criminal que entre febrero y noviembre de 2020 logró estafar a cerca de 70 personas mediante la obtención fraudulenta de datos bancarios y DNIs en la deep web. Ocho individuos han sido condenados a penas de prisión que varían entre 28 y 18 meses, además de la obligación de indemnizar a las víctimas con más de 39.500 euros en total.
Los acusados se dividían funciones y lograban activar líneas telefónicas, adquirir productos y reservar habitaciones de hotel, todo ello usurpando la identidad de terceros, para luego revender algunas mercancías y obtener beneficios ilícitos. Este caso ilustra la combinación letal de alta tecnificación criminal con estrategias de ingeniería social que dificultan su detección y rastreo.
El grupo criminal operaba de forma coordinada y estructurada. Cuatro de los condenados estaban específicamente encargados de obtener los datos bancarios y personales sin consentimiento, utilizando herramientas y plataformas ocultas en la deep web para hacerse con la información.
Con estos datos, daban de alta líneas telefónicas, realizaban compras online en comercios reconocidos, efectuaban reservas en hoteles de Andalucía y hacían pedidos a domicilio mediante servicios de ‘delivery’ como Just Eat, Uber o Deliveroo.
Otros cuatro miembros tenían la función de recoger físicamente los bienes comprados fraudulentamente en domicilios particulares, para luego revenderlos y conseguir rentas en efectivo.
Una novena persona acusada fue absuelta por prescricpión del delito leve atribuido, pero el resto del grupo enfrenta penas y una responsabilidad legal clara.
La deep web, áreas de Internet no indexadas por motores de búsqueda convencionales, ofrece anonimato y un espacio a menudo utilizado para actividades ilícitas, entre ellas la venta y compra de datos personales robados o filtrados.
Las bases de datos vendidas en la deep web contienen números de tarjetas bancarias, DNIs, credenciales y otros datos sensibles que los criminales aprovechan para montar circuitos fraudulentos en comercios online y servicios digitales.
Este acceso oculto dificulta la labor policial, que debe recurrir a técnicas avanzadas de ciberinteligencia y colaboración entre cuerpos para identificar y desarticular estas redes.
El perjuicio económico total de estas estafas supera los 39.500 euros, pero el daño social y psicológico a las víctimas es incalculable. Muchas personas se enfrentan a la incertidumbre financiera, además de procesos legales para recuperar su identidad y reputación.
Además, la práctica de suplantar identidades y usar datos ajenos para juicios bancarios o compras fraudulentas aumenta la desconfianza en la economía digital y genera un efecto disuasorio para usuarios.
La investigación llevada a cabo por la Guardia Civil de Binéfar destacó por su profundidad, tecnología y coordinación interinstitucional. A pesar del alto nivel técnico de los acusados, se logró su detención y la recuperación parcial del dinero.
Las sentencias judiciales ratifican la gravedad de los delitos imputados: estafa continuada, usurpación de identidad y pertenencia a banda organizada. Las penas reflejan un compromiso claro para castigar y prevenir estos ciberataques complejos.
Prevención y consejos para la ciudadanía
- No compartir datos bancarios o personales en redes no seguras.
- Evitar caer en ofertas o inversiones no verificadas, especialmente en criptomonedas o plataformas desconocidas.
- Usar autenticación multifactor en todos los servicios digitales.
- Contar con software actualizado y protección antivirus.
- Consultar fuentes oficiales ante sospechas de fraude.
- Denunciar cualquier actividad sospechosa inmediatamente.
La sentencia contra esta red en Almería es un claro ejemplo de cómo las tecnologías digitales y las técnicas criminales avanzadas se fusionan para formar grupos complejos que manipulan a los usuarios comunes y atacan la confianza en el entorno digital.
Protección, educación y contundencia judicial son las herramientas que permitirán frenar el auge de delitos digitales cada vez más sofisticados, garantizando un uso más seguro y confiable de las tecnologías financieras y personales.
Capturados en Binéfar: La historia de dos estafadores que usaron criptomonedas y suplantación de identidad para engañar a víctimas por más de 25.000 euros
La pequeña localidad oscense de Binéfar ha sido escenario de un caso de estafa compleja que refleja la evolución de los fraudes en la era digital. Dos personas, un hombre de 20 años y una mujer de 63, han sido detenidas por la Guardia Civil como presuntas responsables de múltiples delitos entre los que figura el uso fraudulento de criptomonedas y la suplantación de identidad para obtener créditos bancarios ilegítimos, con un dinero implicado de más de 25.000 euros.
Este caso representa un ejemplo a gran escala de cómo la sofisticación informática y la estrategia psicológica convergen para crear esquemas fraudulentos que atrapan a víctimas confiadas y desprevenidas. El análisis de su modus operandi aporta claves sobre las nuevas tendencias en estafas, las vulnerabilidades explotadas y las técnicas utilizadas para evadir la detección, además de las herramientas de la Guardia Civil para combatirlas.
Los detenidos se valían inicialmente de la oferta de oportunidades de inversión muy atractivas en criptomonedas para captar a las víctimas, ganándose su confianza y provocando que ingresaran importantes sumas de dinero en plataformas controladas previamente por los estafadores. Estas plataformas prometían retornos elevados y garantizados, un clásico enganche para atraer inversores poco experimentados.
Simultáneamente, mientras gestionaban estas inversiones ficticias, los estafadores recopilaban información sensible de las víctimas, generalmente datos personales y bancarios, mediante técnicas de ingeniería social, phishing y manipulación directa.
Con esta información, los acusados suplantaban la identidad de las víctimas para solicitar créditos bancarios en diferentes entidades financieras, ampliando así la dimensión del fraude y dificultando la recuperación del dinero por parte de los afectados.
Entrevista con experto en ciberseguridad financiera: Pablo Sánchez, Director Técnico de CyberSecurePro
TecFuturo: Pablo, ¿cómo evalúa usted este tipo de fraude que combina criptomonedas y suplantación de identidad?
Pablo Sánchez: Esta es la evolución lógica del fraude financiero. La tecnología está al alcance de todos y los delincuentes aprovechan las debilidades humanas relacionadas con la confianza y la falta de información. Además, el uso de criptomonedas complica el rastreo y facilita el blanqueo, porque es un ecosistema menos regulado y más global. La suplantación de identidad añade otra capa de complejidad, haciendo difícil para las víctimas demostrar que no han sido ellas quienes pidieron créditos. Esto requiere que los bancos y autoridades implementen mecanismos más rigurosos y protocolos de verificación avanzados.
La deep web, el espacio digital no accesible por buscadores convencionales, es un mercado negro global donde se compran y venden datos personales y bancarios robados. Esto facilita a estafadores crear redes coordinadas para abusar de la confianza y realizar fraudes complejos.
Entrevista con Laura Martínez, analista en seguridad digital y autora de “Criptofraudes y defensa digital”
TecFuturo: Laura, ¿qué papel juega la deep web en la propagación de estafas como la de Binéfar? Y ¿cómo pueden protegerse los usuarios?
Laura Martínez: La deep web es el supermercado del crimen digital. Los datos filtrados son moneda de cambio que permite múltiples tipos de fraude, desde compras ilegítimas hasta ataques más sofisticados. Para protegerse, los usuarios deben ser proactivos: usar contraseñas robustas, activar doble factor en servicios bancarios, vigilar movimientos inusuales y desconfiar de ofertas milagrosas. Además, las instituciones deben colaborar en inteligencia y reforzar la educación digital para disminuir la base de víctimas potenciales.
Más allá del monto económico, que en este caso supera los 25.000 euros, existe un impacto psicológico severo en las víctimas, incluyendo pérdida de confianza en sistemas financieros digitales y estrés por procesos de recuperación de identidad y dinero.
Entrevista con Ricardo Gómez, psicólogo forense especializado en victimización digital
TecFuturo: Ricardo, ¿cómo afecta a las víctimas enfrentarfraudes que implican robo de identidad y estafas con criptomonedas?
Ricardo Gómez: El impacto es doble: por un lado el daño económico directo, por otro la sensación de vulnerabilidad y pérdida de control. Las víctimas pueden sufrir ansiedad, desconfianza generalizada y problemas para recuperar la normalidad en sus vidas digitales. La clave está en ofrecer soporte psicológico y asesoría legal rápida, para mitigar estos daños y empoderar al usuario frente a futuras amenazas.
La investigación de la Guardia Civil en Binéfar mostró cómo la policía utiliza herramientas forenses digitales avanzadas y colaboración interinstitucional para rastrear desde datos hasta transacciones. Sin embargo, la velocidad y evolución del crimen informático exigen mejoras constantes en recursos y formación policial.
Entrevista con el Teniente Jaime Ortega, Guardia Civil especialista en ciberdelitos
TecFuturo: Jaime, ¿qué retos enfrentan las fuerzas del orden para combatir redes de estafadores como estas?
Jaime Ortega: Uno de los mayores desafíos es la rapidez con que estas redes cambian de método y plataformas para no ser detectadas. Además, el anonimato que ofrece la deep web dificulta obtener pruebas sólidas. Nuestra estrategia combina técnicas forenses digitales, cooperación internacional y conocimiento técnico actualizado. Es crucial que la sociedad también colabore denunciando sospechas para actuar a tiempo.
Consejos para evitar ser víctima de estafas de criptomonedas y suplantación
- Verificar siempre la fuente de las oportunidades de inversión.
- Evitar compartir datos personales o bancarios sin certificar la legitimidad.
- Usar sistemas de autenticación multifactor y mantener alertas en cuentas.
- Educarse y mantenerse informado sobre nuevos esquemas de fraude.
- Utilizar plataformas oficiales y consultar a expertos antes de invertir.
El caso de Binéfar pone de manifiesto la sofisticación actual del fraude digital, que combina tecnología, psicología y delitos informáticos para obtener beneficios ilícitos. La colaboración entre fuerzas policiales, instituciones financieras y la educación ciudadana son pilares en la lucha contra estas amenazas, que si bien complejas son combatibles con estrategias coordinadas.
La era digital exige vigilancia, formación y conciencia para no caer en trampas disfrazadas de oportunidades, y el conocimiento es la mejor defensa para preservar la seguridad y confianza en la economía digital.


