En plena era de la hiperconectividad, estamos rodeados de señales invisibles: WiFi, 5G, radares, IoT, Bluetooth, radiofrecuencias industriales… Un ecosistema electromagnético que opera en el espectro de alta frecuencia (HF) no ionizante y que, aunque esencial para la vida moderna, también se ha convertido en terreno de disputa técnica y jurídica.
Hoy, la medición precisa de estas emisiones es un arma clave en los tribunales. No para “leer mentes” con una antena, sino para identificar canales encubiertos, detectar interferencias, evidenciar fugas de datos y verificar blindajes con rigor pericial.
Por qué medir la HF es vital en un juicio
La radiación no ionizante de HF (30 MHz – 300 GHz) carece de energía suficiente para romper enlaces moleculares, pero puede generar efectos térmicos, fisiológicos o de interferencia técnica. Un peritaje bien fundamentado puede ser decisivo en casos que involucran:
- Conflictos por antenas de telefonía: verificación de niveles de exposición y cumplimiento normativo.
- Canales encubiertos de exfiltración de datos: dispositivos que transmiten en frecuencias no declaradas (keyloggers inalámbricos, emisores “pirata”, sensores ocultos).
- Contaminación electromagnética en entornos sensibles: detección de cámaras, micrófonos y otros “bugs” activos.
- Evaluación EMSEC/TEMPEST: comprobación de emanaciones y eficacia de salas o bolsas Faraday.
- Jamming e inhibiciones ilegales: medición y registro de patrones de bloqueo de comunicaciones.
- Peritaje de IoT no convencional: domótica y dispositivos que operan en bandas ISM de bajo coste (315/433 MHz).
- Casos de hipersensibilidad electromagnética (EHS): datos objetivos para la adaptación de entornos laborales o residenciales.
Equipamiento y metodología pericial
Un informe sólido parte de instrumentación certificada (Narda, Wavecontrol, Gigahertz Solutions…) y protocolos reconocidos (UNE-EN 62232, ITU-T K.83). La medición debe incluir:
- Análisis por bandas específicas (2G, 3G, 4G, 5G, WiFi, radar).
- Geolocalización de fuentes emisoras.
- Analizador de espectro con registro y demodulación AM/SSB/FM.
- Receptores SDR (AirSpy, HackRF, USRP) con antenas HF y sondas de campo cercano.
- Generadores RF y atenuadores para calibración.
- Reloj GNSS / NTP para sincronización de tiempo.
- Software especializado: SDR#, GQRX, SigDigger, URH, GNURadio.
- Custodia de evidencia: cuaderno foliado, hashes de capturas IQ, fotos geoetiquetadas del setup.
El perito debe correlacionar la actividad RF detectada con logs de sistema, CCTV o tráfico de red, para reforzar la narrativa técnica ante el juez.
Ámbitos de aplicación
- Residencial: emisiones desde antenas base o repetidores no declarados.
- Educativo y sanitario: entornos vulnerables que requieren control preventivo.
- Industrial: verificación de cumplimiento de límites de exposición laboral.
- Rural y medioambiental: estudios de impacto en espacios protegidos.
- Judicial y policial: preservación de cadena de custodia de pruebas electromagnéticas.
Fases clave del trabajo pericial
- Definir hipótesis y bandas (HF, VHF, UHF, según el caso).
- Medición de línea base para establecer ruido de fondo.
- Barridos programados con registro IQ y análisis de picos/modulación.
- Triangulación para aproximar la fuente emisora.
- Correlación con eventos registrados.
- Repetibilidad para validar resultados.
- Control de interferencias evitando fuentes propias.
IA como aliado en el laboratorio
La combinación de sensores RF con algoritmos de inteligencia artificial permite:
- Clasificar automáticamente señales detectadas.
- Identificar patrones de jamming o fuga de datos.
- Detectar dispositivos no autorizados en entornos corporativos.
- Generar informes gráficos y resúmenes automáticos para jueces y abogados.
En un escenario donde lo invisible puede tener consecuencias legales tangibles, la medición rigurosa y certificada de HF no ionizante se convierte en un pilar de la prueba técnica.
Los peritajes que combinan tecnología de medida avanzada, protocolos normalizados y análisis asistido por IA no solo fortalecen casos judiciales, sino que aportan claridad y confianza en un terreno cada vez más complejo.
En definitiva, medir no es solo cuestión técnica: es un acto de transparencia y de garantía procesal, donde el perito se convierte en puente entre lo invisible de las ondas y lo visible de la justicia.