La reciente sentencia de la Audiencia Provincial de A Coruña, que condena a un fisioterapeuta a dos años y un mes de prisión por un delito contra la libertad sexual, pone en relieve la necesidad de un tratamiento judicial claro y riguroso de estos delitos. El caso, que tuvo lugar en octubre de 2020, evidencia la importancia de proteger la integridad de las víctimas y garantizar que los procesos judiciales sean precisos, sin lagunas que puedan desdibujar los derechos de los afectados.
El suceso se desarrolló cuando una paciente acudió a la consulta del acusado para tratar un dolor de espalda. Durante la sesión, y bajo el pretexto de la realización de un tratamiento terapéutico, el fisioterapeuta tocó sin consentimiento la zona púbica y vaginal de la víctima. Al ser confrontado, el acusado respondió de manera impropia, tratando de justificar su conducta con comentarios inadecuados y fuera de lugar. Este contacto no consentido generó consecuencias físicas y emocionales que persisten en la víctima, como insomnio, inseguridad y pesadillas.
La Audiencia Provincial ha considerado los hechos constitutivos de un delito de abuso sexual, conforme al artículo 181.1 del Código Penal en su redacción previa a la Ley Orgánica 10/2022. La sentencia establece, además, una indemnización de 10.000 euros en concepto de daños morales, valorando los padecimientos psicológicos de la víctima.
Definición jurídica y criterios aplicados por el tribunal
Para considerar un acto como constitutivo de delito contra la libertad sexual, deben concurrir dos elementos clave: el objetivo y el subjetivo. El elemento objetivo se refiere a cualquier contacto corporal que tenga una significación inequívocamente sexual. Esto incluye actos como tocamientos no consentidos en zonas íntimas, como sucedió en este caso. El elemento subjetivo no se basa necesariamente en un ánimo libidinoso, sino en la mera consciencia de que el acto en cuestión tiene un significado sexual y atenta contra la indemnidad de la víctima.
El Tribunal Supremo ha sido claro al establecer que, para la existencia de este delito, no es relevante el motivo o la intención del agresor, sino el significado del comportamiento. En el caso del fisioterapeuta, la AP consideró que los tocamientos, realizados de manera consciente, supusieron una invasión de la esfera sexual de la víctima, constituyendo así el delito descrito en el Código Penal.
Por otro lado, la fijación de una indemnización por daño moral responde a la gravedad de los hechos y las consecuencias sufridas por la víctima. El tribunal señaló que, aunque no es necesario acreditar lesiones físicas o psicológicas patentes, el daño moral puede deducirse de manera natural del relato histórico de los hechos.
Estadísticas y la relevancia del delito contra la libertad sexual en España
Los delitos contra la libertad sexual representan una problemática persistente en España y en Europa. Según datos del Ministerio del Interior, en 2022 se registraron más de 17.000 delitos de este tipo en el país, lo que supone un aumento significativo en comparación con años anteriores. La sensibilización y la denuncia han incrementado, pero todavía existe un alto grado de infradenuncia debido al miedo, la vergüenza y la desconfianza en el sistema judicial.
A nivel europeo, el informe de la Agencia de los Derechos Fundamentales (FRA) revela que aproximadamente una de cada tres mujeres ha sufrido algún tipo de violencia sexual desde los 15 años. Estos datos evidencian la magnitud del problema y la necesidad de medidas efectivas para prevenir y abordar este tipo de delitos.
El papel de la tecnología en la prevención y detección de delitos contra la libertad sexual
La tecnología puede desempeñar un papel clave tanto en la prevención como en la detección de delitos contra la libertad sexual. En el ámbito sanitario y profesional, el uso de cámaras de vigilancia en zonas no invasivas, siempre respetando la normativa de protección de datos, permite registrar comportamientos inapropiados y aportar pruebas esenciales en procesos judiciales.
Las herramientas digitales de denuncia anónima también son recursos eficaces para facilitar que las víctimas puedan informar sobre agresiones sin temor a represalias. Aplicaciones como AlertCops, desarrollada por el Ministerio del Interior, permiten denunciar delitos de manera directa a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Por otra parte, la tecnología forense juega un papel fundamental en el análisis de pruebas digitales y físicas. En casos donde se requieren peritajes técnicos, como la validación de grabaciones o comunicaciones entre las partes, los peritos informáticos certificados, como los profesionales de la ANTPJI, pueden garantizar la veracidad y legalidad de las pruebas presentadas en un proceso judicial.
Recomendaciones para evitar situaciones de vulnerabilidad
Es importante adoptar medidas tanto individuales como institucionales para reducir las situaciones de riesgo que puedan derivar en delitos contra la libertad sexual. En el ámbito profesional, especialmente en espacios de consulta privada, es recomendable que las sesiones de tratamiento se realicen bajo condiciones que garanticen la transparencia y la seguridad, como contar con la presencia de terceros o utilizar sistemas de grabación autorizados.
Para las víctimas, contar con acceso rápido a recursos de ayuda psicológica y jurídica es esencial para mitigar el impacto emocional y físico derivado de estos delitos. Asociaciones especializadas en la atención a víctimas de agresiones sexuales, como la Fundación ANAR o el Instituto de la Mujer, proporcionan acompañamiento y apoyo integral.
En el ámbito digital, herramientas de ciberseguridad son imprescindibles para proteger la privacidad y evitar que información sensible, como grabaciones o comunicaciones personales, sea manipulada o difundida sin consentimiento. Softwares como VeraCrypt permiten encriptar dispositivos y archivos, mientras que soluciones como ProtonMail ofrecen correo electrónico cifrado de extremo a extremo.
El uso de inteligencia artificial en la detección de comportamientos inapropiados ya está comenzando a implementarse en sectores como la seguridad y la atención sanitaria. Los sistemas basados en análisis de patrones de comportamiento y reconocimiento facial permiten identificar situaciones de riesgo y emitir alertas preventivas. Estas soluciones, desarrolladas respetando las normativas de protección de datos, podrían contribuir significativamente a la prevención de delitos contra la libertad sexual en espacios profesionales y públicos.
Asimismo, las plataformas de blockchain ofrecen nuevas posibilidades para registrar y proteger evidencias digitales en casos judiciales. Al garantizar la inmutabilidad de los registros, esta tecnología asegura que las pruebas no puedan ser manipuladas, proporcionando mayor fiabilidad en los procesos judiciales.
El delito contra la libertad sexual requiere un enfoque multidimensional que combine la aplicación estricta de la legislación, el uso adecuado de tecnologías preventivas y la creación de entornos seguros para las personas. El caso reciente del fisioterapeuta condenado en A Coruña refleja las implicaciones devastadoras que estos delitos tienen para las víctimas y la necesidad de garantizar un sistema judicial efectivo y transparente.
El uso responsable de herramientas tecnológicas, junto con la labor de profesionales especializados, como los peritos informáticos, puede facilitar la obtención de pruebas y garantizar la protección de los derechos de las víctimas. Solo a través de la colaboración entre instituciones, tecnología y sociedad será posible avanzar hacia una realidad más segura y justa para todas las personas.