Madrid, mayo de 2025. En un momento marcado por la incertidumbre global y la necesidad de nuevos pactos de estabilidad y crecimiento, Chile y España han reactivado su ruta común de colaboración estratégica. El evento empresarial “Chile – España: una ruta común de colaboración”, celebrado en la sede de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), reunió a autoridades gubernamentales, líderes empresariales y representantes del sector financiero y tecnológico de ambos países, en el marco de la visita oficial de la delegación chilena de alto nivel a España.
Este foro permitió identificar las oportunidades emergentes de cooperación, profundizar en los desafíos compartidos y avanzar en una visión común de futuro con foco en seguridad, inversión en infraestructuras, energías verdes, transformación digital y defensa cibernética.
Chile como destino estratégico para la inversión española
Chile se presentó ante los inversores españoles como una plataforma estable, transparente y abierta para los negocios, con un marco jurídico claro, un sistema financiero robusto y tratados de libre comercio que lo conectan con más de 60 economías. Con un crecimiento estimado del 2% en 2025, el país proyecta una recuperación paulatina con reformas estructurales ya en marcha, y la implementación de nuevas políticas económicas previstas para 2026, orientadas a la productividad, sostenibilidad y digitalización.
Uno de los pilares destacados fue el interés de la delegación chilena por atraer inversión española en sectores clave, desde infraestructuras públicas —como transporte, conectividad, energía y salud digital— hasta proyectos tecnológicos y de sostenibilidad energética.
El Gobierno chileno se mostró receptivo y proactivo ante el posible ingreso de empresas españolas en licitaciones públicas, especialmente en iniciativas de telesalud, infraestructura tecnológica, electrificación del transporte, construcción portuaria y expansión de las redes de telecomunicaciones rurales, donde España tiene experiencia consolidada.
Se adelantaron líneas generales de las nuevas políticas económicas previstas para 2026, centradas en elevar la productividad nacional a través de una diversificación sectorial, impulsos fiscales inteligentes y apertura comercial.
La Alianza del Pacífico, los tratados bilaterales —en especial el renovado acuerdo con la Unión Europea— y el creciente acceso de empresas europeas a inversiones en firmas españolas se presentaron como oportunidades mutuas de expansión en sectores estratégicos.
Oportunidades en energías verdes, minería e hidrógeno verde
Chile reforzó su imagen de país comprometido con la transición energética, destacando su potencial como productor y exportador de energías renovables, litio, cobre e hidrógeno verde. Esta riqueza natural se acompaña de una clara voluntad institucional por impulsar modelos de producción sostenibles y resilientes.
En este contexto, la participación española es estratégica, tanto en la transferencia tecnológica como en el desarrollo de infraestructuras que acompañen el crecimiento de nuevos polos energéticos en el norte y sur del país. Asimismo, la construcción de datacenters sostenibles y el despliegue de infraestructura digital en zonas remotas se posicionan como áreas prioritarias para la inversión público-privada.
Alianzas institucionales: Prisma, Fundación Chile-España y nuevas capacidades en ciberseguridad y defensa
El evento también sirvió para presentar plataformas innovadoras como Prisma, un modelo chileno de gobernanza compartida entre el sector público y privado para impulsar políticas públicas modernas, digitalizadas y orientadas a resultados. Esta herramienta busca canalizar la colaboración internacional y las capacidades del sector privado en áreas como digitalización del Estado, trazabilidad de la inversión pública y eficiencia operativa.
Además, se destacó la labor de la Fundación Chile – España, que actúa como puente institucional en proyectos de telecomunicaciones, ciberseguridad, defensa digital, transformación educativa y protección del medioambiente. Se subrayó especialmente el interés en fortalecer la cooperación en ciberdefensa, con foco en infraestructuras críticas, redes militares, sistemas bancarios y servicios esenciales, en una época marcada por el auge de las amenazas híbridas.
Ciberfraude: Chile busca reforzar su sistema bancario con experiencia española
Uno de los puntos que generó mayor consenso fue el reto urgente de contener el crecimiento del fraude financiero y los ciberataques en Chile, cuya tasa actual es cuatro veces superior a la registrada en España. Este fenómeno ha puesto a prueba la capacidad de reacción del sistema bancario chileno, que trabaja activamente en desarrollar nuevos mapas de riesgos, protocolos de prevención y marcos de respuesta rápida.
En ese sentido, se anunció una colaboración estratégica entre la banca chilena y el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE). Esta alianza busca compartir conocimiento, implementar sistemas avanzados antifraude y establecer canales de colaboración técnica permanente. La experiencia española en ciberseguridad bancaria se convierte así en un recurso valioso para fortalecer la resiliencia del ecosistema financiero chileno.
Una agenda compartida para una nueva década
En palabras del Sr. José Manuel Mena, figura destacada del sistema bancario chileno, “la construcción de una seguridad financiera moderna pasa por anticipar riesgos y colaborar con quienes ya han recorrido ese camino”. Su visión encarna el espíritu de una alianza renovada entre Chile y España, no solo para invertir, sino para innovar, proteger y transformar juntos.
Lo que se vivió en la sede de la CEOE en Madrid no fue solo un encuentro empresarial, sino el inicio de una nueva etapa estratégica, donde la colaboración internacional se convierte en política de Estado, y donde Chile y España están decididos a escribir juntos un capítulo clave en la arquitectura económica y digital del futuro.